Últimamente voy mucho al cine, y aunque en general la gran mayoría de las veces la experiencia es positiva, a veces el público sale rana, voy a contar las últimas.
-A nivel global, los que, con la película ya empezada, van buscando su asiento con la puta linterna del móvil a todo trapo desde que entran (a pesar de que en la propia escalera ya te indica el número iluminado), algunos tienen la decencia de ir apuntando hacia abajo para molestar lo menos posible, pero otros van apuntando de frente cegando a todo dios.
Me hacen especial gracia los que miran en la entrada sus asientos cuando ya están dentro y a oscuras, y una vez que llegan a la fila vuelven a mirar para ver el asiento, será que la memoria de esa gente no da para más.
En la última peli que fui a ver, una tipa que estaba delante de mí, aparte de hacer lo del fogonazo con la linterna, va y se pone a grabar toda la puta peli con la cámara, llevaba más de 10 minutos hasta que le dije si podría parar que estaba molestando a los demás con el brillo, por suerte me hizo caso y paró.
Ni idea si pensaba subirla a piratebay o qué.
En otra decidí sentarme al lado de las escaleras, error que desde luego no voy a volver a cometer, ya que hay gente que sube como si fuesen elefantes, y había un niño que no sé qué cojones hacía que subió y bajó las escaleras corriendo como 7 u 8 veces en total, ausentándose a veces 1 o 2 minutos.
-En otra una pareja que estaba a mi lado, después de que comieran unas hamburguesas que echaban un pestazo de la ostia, un paquete de patatas y unas chocolatinas o algo así, va el tío y se pone a comer unas putas pipas con cáscara, el muy hijo de puta no se cortaba ni nada, la peli encima era de miedo, en las escenas de silencio con tensión escuchaba... "click", "click" . No le dije nada porque tampoco podría justificar que no comiese pipas, pero lo cierto es que igual podría haberle dicho algo.
-Y por último cuento posiblemente la historia más surrealista que me ocurrió hace años, una pareja fue al cine con un bebé, con su carrito y todo
, que no sé cómo cojones el personal lo permitió, eso tendría que ser ilegal, además era un cine con un acceso muy jodido para un carrito, ya que era subterráneo y estaba lleno de escaleras (el extinto Yelmo de Los Rosales de Coruña), así que es bastante surrealista todo.
Oh y para sorpresa de nadie, el bebé se puso a llorar en medio de la peli, y un buen rato.
Me ocurrieron más mierdas pero tampoco me apetece escribir más, solo diré que por estadística personal, donde más gentuza hay en las salas de cine es cuando echan una peli de miedo.