Cuando fui a ver Deadpool, la primera, me encontré con una señora con un crío de 7-8 que el crío ya estaba dando por culo con la tablet nada más se sentó, en los anuncios, jugando a algo con toda la luz y todo el volumen a tope, y ni de coña paró cuando empezó la película.
Eso sí, al poco de empezar la película la que empezó fue ella: "Es que qué horror, qué descaro, cuánta violencia y cuántas palabrotas, pero es que no sé cómo hacen estas películas para niños, es que qué asquerosidad"...
Nosotros estábamos delante y fue cuando mi colega se giró y le dijo: "Es que señora, no es para niños, está anunciada para mayores de 18".
Y la señora: "Pues ya podrían anunciarlo mejor porque claro, siendo de los superhéroes estos que le gustan ahora a los críos una qué va a pensar...Anda, nada, nada, nos vamos", y por suerte cogió al crío, que seguía sumergido en la tablet, y se piraron, y qué puto descanso.
Me recordó a esos padres que le compran el GTA a sus hijos pequeños sin informarse y luego se escandalizan cuando lo ven en casa robando coches y atropellando a peatones con ellos... Pues haberte informado, gilipollas.