Rachel con Pete
De camino a casa de Pete, Rachel, agarrada al respaldo del asiento trasero, se va relajando conforme van alejándose del cementerio, algo preocupada por si Elijah habrá recibido su mensaje y si lo habrá tenido en cuenta.
Lleva su chaqueta de cuero y el pañuelo de calaveras que la aísla un poco del fresco de la noche, el viento se cuela entre los dos tirando un poco de ella hacia atrás cada vez que Pete le da puño a la moto para adelantar a algún coche, ella titubea un poco, sopesando las implicaciones, pero finalmente decide acercar su cuerpo a la espalda de Pete y rodear su cintura con los brazos para asegurar su posición, el calor y el olor que desprende es agradable y se siente segura después del mal rato.
…Sus sentimientos hacia Pete eran complicados, sabía que tenía un pilar en él, cuando le llamaba, dejaba lo que estaba haciendo para ir en su busca, había sido un gran apoyo cuando murió su padre y a veces la miraba como si fuera capaz de dar la vida por ella, eso la abrumaba un poco.
Valoraba mucho su amistad y por eso iba con pies de plomo ante sus insinuaciones, intentando quitarles hierro para que no se sintiera herido, no quería estropearlo mezclando el sexo en la ecuación, al margen de si le parecía atractivo o no, y a veces se preguntaba si no sería por su sutil rechazo su acercamiento a los Lobos de Fionn y su resentimiento de los últimos meses. Le preocupaba su viraje, había escuchado cosas sobre ellos, cosas chungas, y Cillian le daba mal rollo, tenía miedo de que se volviera uno de esos chicos violentos que solo estaban asustados de lo desconocido, ignorantes, perdiendo oportunidades de relacionarse con gente maravillosa, como Darius, que hacía sonar su piano como los mismos ángeles. Pero tampoco se sentía bien haciendo de madre y notaba que se ponía tenso y a la defensiva cuando sacaba el tema, si podía, lo evitaba, pero esta noche no se iba a librar, quería preguntarle de frente sobre lo que le había dicho Elijah y su casa era su territorio, un sitio en el que debía sentirse seguro y confiado para hablar con ella, esperaba que no hubiera hecho nada que no tuviera vuelta atrás.