Bailey Bruer
Vestuarios del Instituto Pine Ridge
Club de atletismo, 2 de octubre de 2023
Bailey entra en el vestuario con las demás chicas.
Normalmente lo haría con algo de ánimo a pesar del cansancio, pero hoy no le quedan energías ni para eso. Se sienta en el banquillo por unos minutos antes de desnudarse y pasar a las duchas.
Bajo el agua caliente es cuando Bailey examina el día, y llega a la conclusión de que hoy ha sido un día francamente malo. Hasta el momento, al menos. Su derrota contra Amanda planta en su gargante una nuez de frustración que quiere aplastar, o expulsar gritando. El agua caliente que corre por su pelo y su figura no la lava de enfado, miedo o frustración, sino que más bien parece concentrarlo todo en esa nuez. Aunque cualquier otro día tendría auto-control de sobra para mirar las cosas con perspectiva y agradecer tener a una rival como Amanda, de no ser por aquello tan extraño que había encontrado esa mañana...
La adolescente abre los brazos, aspira profundamente, y apunta con la cara al techo. En lugar de expulsar la nuez, decide tragarla. Dejarla descender hasta su estómago, donde pueda digerirla sin siquiera darse cuenta. ¿Un día malo? Vale. Había tenido peores. Había tenido HORRIBLES. Hoy no era nada en comparación. Mejor que nada, incluso parecía tener oportunidades. El misterio de la mañana, la fiesta de pijamas de la noche... y Amanda.
A Bailey no le gustaban los abusones ni los arrogantes. Y aunque entre los chicos se daba muchísimo el bravado, el presumir y el insultarse, ella entendía que... bueno... los chicos son así. Siempre necesitaban combatir con alguien. Y al final, bueno, Amanda y Bailey eran rivales. A veces, Bailey se preguntaba si esa rivalidad era algo personal para Amanda. Alguna vez había dicho cosas que a Bailey no le habían gustado nada... pero hoy, Amanda no se había burlado de ella.
¿Se había dado cuenta de que Bailey no estaba en su mejor momento, y por eso había optado por dejarla en paz? La rivalidad sin reto no es tan divertida, al fin y al cabo...
Bueno, era igual. Bailey podía pensar en eso en otra ocasión. Se acordó de repente que pronto tendría que recoger a María y...
...
... un momento, ¿tenía el número de teléfono de Milly?
Esperaba que lo tuviera María, porque si no...
Entrada del Instituto Pine Ridge
Fin de la jornada estudiantil,, 2 de octubre de 2023
Sentada afuera, sobre la escalinata que ascinede hasta la puerta del instituto, Bailey aguarda a su amiga María. Otra vez en vaqueros, chaqueta blanca del instituto, bufanda y con las gafas de sol sobre la cabeza, aunque probablemente no las necesitara para conducir a estas horas. Lleva el pelo rubio con una coleta, y tiene un suave y agradable olor a melocotón.
Cuando espera a María, Bailey normalmente está con el móvil, pero hoy la verdad es que se le hace un poco cansino. Las redes están con noticias sobre Ukrania y el juicio a Trump, a gran escala. Nada fuera de lo normal. Pero a pequeña, en lo local, naturalmente hay mucho revuelo sobre Aislinn. Bailey se lleva una mano a la cara, suspira contra la palma... y admite que desde lo que vio esa mañana, el tema la pone nerviosa.
Pero esta noche, en la fiesta de pijamas, sin duda... lograría obtener una respuesta. Descubriría qué hacer, y lo haría. Y al infierno lo que dijeran o dejaran de decir. Confiaba en María, y Milly quería llegar al fondo del misterio. Quizá entre las dos lograran guiarla hacia qué hacer...