[desconocido] Uno puede tener un despliegue táctico genial que no se corresponda con el capricho de la diosa Fortuna. Ejemplo claro: llega un masilla que está en rango de nuestro héroe más capaz; no el protagonista, sino un tanque que absorbe daño y tiene más defensa que Mario cuando coge una estrella. Pero hace un golpe crítico. Ese golpe crítico lo mata. Toca reiniciar todo el nivel, rehacer el mismo encuentro exactamente igual y rezar para que los dados se comporten.
Eso no va a pasar: un buen tanque tendrá una defensa tan alta que aunque se active un crítico, el daño producido por un masilla no será más que el de un golpe normal a otro personaje.
Con otros personajes o enemigos sí, pero la gracia está en encontrar una estrategia que minimice la probabilidad de que el RNG te la juegue.
Creo que la mentalidad de "que no me maten a ningún personaje o cargo partida" no es correcta ni la que se busca: la idea es que apechugues con las consecuencias y juegues lo suficientemente bien como para no quedarte con un grupo de personajes tan reducido que no seas capaz de pasarte el juego.
Que exista la garantía de que si juegas bien no te van a pasar cosas malas tiene un impacto enorme en la dificultad, reduciéndose considerablemente, y elimina mucha variedad y capacidad de decisión: ¿arriesgo a este personaje o al otro? ¿A quién mando por el flanco difícil?
Si se cambia el chip de "que no me maten a nadie o cargo partida" a "tiro para adelante hasta que me aparezca un game over" el juego gana matices y además se entrena la tolerancia a la frustración, ya no eres un crío-rage quit porque algo ha salido mal. Y salvo muy, muy, muy mala suerte, si juegas bien el juego es pasable. Yo me he terminado todos los Fire Emblem hasta Awakening en hombre de hierro (no he jugado los posteriores), este último en Lunatic sin usar DLCs o mapas aleatorios para ganar experiencia (una de las experiencias más estresantes que he tenido con videojuegos xD). ¿Sin perder personajes? Ni de coña, pero como he dicho, la gracia no está en ir con esa mentalidad.