El ejemplo que habéis sacado algunos de God of War es paradigmatico. Porque si juegas la misión principal sin más, tirando para adelante continuamente, la experiencia se queda corta en calidad. Porque su duración no te permite sumergirte en el mundo construido, en su sistema de combate, porque no desbloqueas las suficientes habilidades, etc...
En cambio si sumas el contenido secundario, las misiones secundarias y la exploración enlazada a ellas, es cuando el juego brilla. Cuando ves combates más trabajados, algún puzzles interesante, escenarios cautivadores, la dinámica entre los 3 protagonistas se enriquece, etc...
Pero más allá de eso el juego ofrece aún más contenido, basado en dos mundos totalmente opcionales que apenas suponen grindeo de materiales para conseguir mejor equipamiento.
Ahí el juego empeora, porque el sistema de combate carece de la profundidad necesaria para rellenar aún más horas de juegos, ídem con la variedad de enemigos.
Al final es lo que decía. Equilibrio. God of War sería peor juego si durase solo 15 horas, y brilla durando 25. Pero se hace pesado si le metemos 40 horas.