Hace mucho que no posteo en el hilo y tengo mucho atrasado, pero qué mejor que el día del libro.
Canto yo y la montaña baila - Irene Solà: ¿y si hacemos realismo mágico con payeses en vez de con cultivadores de café? Pues ahí tenemos a Irene Solà. La novelita tiene su gracia, pero no entiendo la locura con esta chica. Bueno, sí la entiendo: mujer, jovencita, catalana y además medio mona, un caramelito para los editores que podrán vender 5k libros entre unos gafas de BCN y las protocharos de Malasaña, en lugar de mil con suerte. Una lástima, porque tiene pinta de que Solà puede hacerlo mejor que esto en el futuro y a mí me han quitado las ganas. Hasta el momento en el que el labrador poeta recibe el rayo me estaba pareciendo que estaba leyendo algo grande (cinco o seis páginas, no es spoiler de nada).
El túnel - Ernesto Sábato: aquí la sensación de estar leyendo algo grandioso me duró mucho más, ¡pero al final se pierde! Es como si Sábato hubiera perdido el interés por la magnífica novela psicológica que estaba escribiendo y se pusiera a contar una bobada sobre celos como un vulgar francés. Muy frustrado.
Martin Eden - Jack London: lo llamó Martin Eden como lo podía haber llamado Mary Sue. Por rescatar algo, London tiene un muy buen ojo para las citas de poesía.
La muerte en Venecia / Mario y el mago - Thomas Mann: primer acercamiento a Mann. Presumo que habrá más, me he quedado con ganas.
Crónica del Alba, 3 - Ramón J. Sender por fin terminé esta "saga". Leí algunas críticas que decían que este último tomo era peor, pero no me lo ha parecido. Salvo por la novela central de este tomo, en la que Sender se pone excesivamente experimental, es un buen colofón a la historia de José Garcés, o lo que es lo mismo, la del primer tercio del S.XX en España.
Siddharta - Hermann Hesse: puedo apreciar la belleza de algunos pasajes, pero la espiritualidad oriental se me antoja simplísima. Quizá lo haya leído viejo, no sé.
Madera de cerezo - Marica Bodrozic: es la historia de una costurera en un teatro de Berlín, que estudió filosofía en La Sorbona a la que llega huyendo del asedio de Sarajevo. No la habría leído nunca pero es corta y mi novia me dijo que a ella le había gustado mucho. A mí me parece un poco pornografía sentimental.
Noviembre de una capital - Ismail Kadaré: Kadaré es uno de mis autores favoritos y tengo la costumbre de leer un libro suyo al año. Empezó como casualidad y luego en los últimos cuatro o cinco años ya ha sido a propósito. Como llevo ya diez me voy quedando sin obras mayores y me tengo que conformar con lo que queda en el fondo del barril. Aún y todo, tiene algún pasaje de calidad extraordinaria, como la entrega del intelectual colaboracionista a la brigada de partisanos, que bien vale el libro.
El pato silvestre - Henrik Ibsen: buena obra filosófica. ¿Cuánta verdad es necesaria para vivir bien? ¿Es mejor amigo el que habla o el que calla?
Expiación - Elizabeth von Arnim: la premisa me pareció muy interesante: muere un hombre de la clase alta londinense y al abrir el testamento se descubre que solo deja 1k libras a su mujer, ella sabrá por qué, y el resto lo dona a la beneficencia. La expiación del título es el viacrucis de la mujer deshonrada por sus actos (¿o solo por el testamento de su marido?) para recobrar la confianza de su familia política, pues sin el dinero de su marido no tiene nada en el mundo. Pero ah, la construcción de personajes... No tienen vida, son arquetipos intercambiables. Ni siquiera la protagonista tiene un mínimo soplo.