Yo creo que sobra empatía, y sobre todo sobran falacias de apelación a los sentimientos…
Y menos mal que las normas de convivencia y leyes no se basan en los feelings y la empatía (aunque algunos presidentes enamorados así lo pretendan).
Pensé que mi ejemplo con el atracador (de etnia que usted elija) era claro, lo burdo es generalizar en base a la falacia de la evidencia anecdótica, y el remate es utilizar la falacia de apelación a los sentimientos para justificar los prejuicios y generalizaciones posteriores…
Pero veo que no, que lo importante es la empatía, y que esa empatía permite al empatizado ser racista, sexista, o lo que le salga de las narices.