Berti Exactamente, y el hecho de que tú mismo lo sientas -y todo el mundo al que le he preguntado tiene la misma sensación- es prueba irrefutable para mí de que es así. Sin embargo tiene su miga, porque es un tema que he estudiado -en serio, ya sin memes x'DD- bastante.
Esto ocurre en todos los juegos, en mayor o menor medida, no se trata de algo exclusivo de los Souls y sucedáneos, aunque sí que es cierto que en estos se aprecia con mayor facilidad dada su curva de aprendizaje.
Los Souls castigan mucho el miedo. Digo miedo y no jugar defensivo porque no es lo mismo, tanto es así que casi toda la serie carece de herramientas útiles para castigar el juego defensivo real. La típica situación de un novicio que entra por primera vez al Burgo de los No Muertos, o se enfrenta a las primeras escaleras del palacio de Boletaria, y está tan acojonado que va con el escudo en lo alto andando despacio para que no lo sorprenda ningún enemigo. Ese perfil de jugador -que hemos sido todos al principio y algunos veteranos lo siguen siendo- está muerto en menos de 1 minuto. La clásica escena de un nuevo acojonado pegándose con un caballero negro detrás del escudo, tragando daño y temblando como un flan, como decía onamu, frente al que llega seguro de lo que hace y se lo baja limpiamente. Todos lo hemos visto.
Con los jefes ocurre que la primera vez que uno entra, no tiene ni puta idea de qué hace el jefe, por lo tanto, el nivel de sugestión (sugestión=miedo) es 0. En consecuencia juegas más agresivo. No sabes qué ventanas de daño tiene el jefe, no sabes si un golpe es un golpe suelto único o es parte de una cadena más larga de golpes, no sabes si tiene un golpe que quite el 80% de la vida. Y, como no lo sabes, lo castigas todo el rato a cada que tienes la oportunidad, sin importar si ese castigo es seguro o si no lo es y recibes daño por castigarlo. Pero, en definitiva, le haces daño continuamente de manera más o menos rápida.
A medida que el combate progresa, empiezas a asociar algunos patrones, empiezas a entender mínimamente al jefe, pero todavía no lo suficiente como para ver en él un sentido real y entender qué tienes que esquivar y cómo. Algunas cosillas las vas pillando ya más o menos, pero en este punto es algo casi instintivo. Sin embargo, ya le has bajado a lo mejor el 60% de la vida y ya has visto casi todos sus golpes al menos 1 vez. Algunos de esos golpes te han pegado y ya sabes cuáles quitan más, así que empiezas, sin quererlo, a jugar de otra manera, a ir con cuidado, con "miedo" de que te pegue otra vez con el golpe que te borró antes media barra de vida. Empiezas a pensar "voy a pegarle teniendo cuidado de no tragarme ése golpe", y ya te metes en el punto en el que te empiezas a condicionar. Empiezas a jugar cada vez de manera más reservada y, al final, pierdes. Ése sería tu primer intento, en el que te quedas a punto de matarlo a la primera.
Y ahora es cuando se completa el fenómeno. Tu segundo intento es casi idéntico al primero en el aspecto de que tienes más o menos la misma experiencia. No es que por haberlo intentado antes una única vez ahora te conozcas al jefe de memoria. Ni mucho menos. Te seguirás comiendo casi todos los golpes y todavía habrá combos que no sepas del todo cuál es el ritmo de esquiva. Sin embargo, la principal diferencia entre tu segundo intento y el primero es que, pese a que en los dos sabes más o menos lo mismo del jefe, y por lo tanto la experiencia del primer intento no te sirve casi para nada, ahora vas mucho más sugestionado. Ahora sí sabes la vida que quita, ahora sí sabes de ese golpe que tiene cuando cambia de fase que te revienta, ahora sí sabes que Manus tiene un golpe que hace a veces, no sabes cuándo, que se rodea de magia oscura que te mata casi de un golpe y que antes no supiste cómo esquivar. Y como ahora sabes esas cosas, empiezas a jugar pensando en el futuro. Piensas que tienes que tener siempre más vida de la cuenta para aguantar ese golpe cuando te lo haga, y en consecuencia te curas antes de tiempo sin necesidad donde antes habrías atacado; piensas que ese golpe, o esos combos particulares que recuerdas, se pueden esquivar estando más alejado del jefe, y en consecuencia te acercas menos, le castigas menos y ruedas más, y así con todo.
Sin quererlo, tu sugestión te convierte en tu propia víctima.
Cuouz Yo creo que pasa por el motivo contrario. La primera vez estás más alerta y cauto, midiendo cada movimiento. Como te quedes cerca en la siguiente vas envalentonado ya que ahora que lo conoces, lo vences fácil. Y vas más descuidado, quieres hacerlo rápido. Y comes.
Para nada. Justo al contrario en la 99.999999% de la gente. La primera vez van sin miedo, sólo con un poco de cuidado. La segunda vez van acojonados porque ya han visto lo que el jefe hace y tienen información sobre los golpes locos que tiene y la vida que quita, se miden y comienzan las cagadas.
La primera vez, de hecho, suele ser la vez de prueba, la vez que todo el mundo sabe que no va a matar al jefe casi seguro y por lo tanto sólo quieren ver qué hace.