woniidanio La política es una conjunción de teoría y de práctica. Eres tú el que ha dicho que China no se puede considerar una dictadura del proletariado, que es un concepto claramente teórico. Además, anda que no te he hablado de práctica: aquí se ha hablado del funcionamiento del PCCh, de la bolsa de Shanghái, Hong-Kong y de Shenzhen, se ha planteado el caso de Huawei como cooperativa de trabajadores, se ha hablado de la obligatoriedad para un sinfín de empresas de tener en el Consejo de Administración al PCCh, etc. Se ha hablado y mucho de la práctica. Y basándome en esa práctica digo que la asignación del concepto teórico de dictadura del proletariado es correcta.
Vuelvo a desengranar por partes este nuevo mensaje:
woniidanio a efectos prácticos los dueños de estas megaempresas son mucho millonarios
Nadie ha dicho lo contrario. Lo que sí se ha dicho es que esos millonarios están supeditados a los intereses del Partido y que el Partido no está supeditado a los intereses de esos millonarios. Podrá gustar más o menos, pero es una diferencia sustancial con respecto a las democracias occidentales. Ahí tenemos el caso de Jack Ma, que tuvo un enfrentamiento con el Partido y Dios sabe lo que pasó.
woniidanio dictadura del proletariado con bajada de pantalones si te hace feliz, porque al final cuando se ha pegado el pelotazo es cuando menos intrusivo con un sector estuvo en sus inicios el propio estado, que cuando se ha arremangado es cuando esa empresa o sector podría suponer una amenaza, como con lo de los prestamos del de alibaba, y esto de despuntar un sector sin injerencias al principio ha pasado con el sector eléctrico, había un video muy bueno del adrian diaz hablando de esto
Adrián Díaz es una persona que tiene cero formación política y habla estrictamente de economía, algo que se le nota y que muchos sinólogos ya le han rebatido. Fiarnos de un influencer no lo veo, y más cuando es uno particularmente tendencioso y que se contradice continuamente.
Por otra parte, China tiene un fenómeno que es el del vaivén del sector estratégico. Tiene un sistema que permite al Estado intervenir en distintos grados los sectores económicos. Hasta el punto de que puede intervenir un sector, declararlo estratégico, y pasar a controlar los qués, los quiénes y los cuántos. Esto ha pasado con algunas fuentes de energía, por ejemplo. Algo que, ojo, es prerrogativa que normalmente está recogida en los ordenamientos jurídicos de las democracias de nuestro entorno, pero no se usa de igual manera porque (de nuevo, aquí la enorme diferencia con la dictadura del proletariado) el PCCh siempre va a seguir en el poder y eso le permite: 1) pensar a largo plazo y no a 4 años vista; y 2) estar por encima de lo que los intereses particulares de los millonarios.
Lo cual, obviamente, no implica que no haya miembros concretos del Partido que hayan podido alterar ciertas cosas en connivencia con los millonarios. Ahí tenemos el caso de afloración de la corrupción a finales de los 2000, que coincide con cuando China se convierte en el país con las infraestructuras más avanzadas del mundo. De hecho, parte de la credibilidad de Xi la tiene el haber reducido mucho la corrupción y haberse sacado de la manga la pena de muerte para la corrupción política.
woniidanio nota: en china mi parienta me tiene dicho que no hable de politica, y de hecho ellos tampoco me hablan de política, los ciudadanos suelen pasar mucho de eso, les va bien, les va estupendo, si quieres votar te apuntas al partido
No sé si tu mujer es china o ha vivido ahí, por lo que dices. Mi experiencia con chinos, que no es poca, es que consideran que los occidentales se creen muy inteligentes y superiores moralmente por estar todo el día reclamándoles de forma irreverentes de todo a sus gobernantes... pero lo cierto es que no llegan a fin de mes.
woniidanio el caso es que todo ese poder económico es tanto gracias al estado como a pesar del estado
Discrepo. Los grandes poderes económicos se han hecho siempre con el Estado. Si no, los grandes fondos de inversión y las grandes megacorporaciones no tendrían interés en comprar voluntades del Estado. De hecho, la democracia es un sistema que incentiva mucho esa compra de voluntades. Por eso sobrevive tan bien en un modo de producción basado en la supremacía del capital sobre el trabajo, en la privatización de los medios de producción y en la extracción de plusvalía para intereses particulares. Las fortunas más grandes y las empresas más grandes se han hecho sin enfrentarse al Estado, sino más bien haciendo de prestamista o traficante de armas, drogas y otros menesteres.