Todos
Elijah se detiene frente al portal de la taberna, el umbral iluminado por la cálida luz que se filtra desde el interior. Su figura, oscura contra el resplandor, emana una calma inquietante, como si el momento estuviera cargado de un significado que solo él comprende.
Con una sonrisa ladeada, llena de una confianza que roza la arrogancia, alza lentamente la mano. Los reflejos de la luz de la taberna bailan sobre su rostro mientras saca un pequeño anillo del bolsillo. La joya brilla tenuemente, un destello entre sombras que parece pulsar con una vida propia, como un latido contenido.
Sin apartar la mirada del portal, Elijah desliza el anillo sobre su dedo con un movimiento deliberado. El metal frío se ajusta como si siempre hubiera pertenecido allí. La sonrisa en sus labios se amplía apenas un poco, cargada de misterio y determinación.
Frente a la posada, la carreta permanece bajo la débil luz de las estrellas. Thorian, Rachel y María están atentos, cada uno con su propia preocupación dibujada en el rostro. Dentro de la carreta, bajo las mantas, Milly yace inmóvil. Su piel, pálida como la luna, contrasta con las sombras que cubren el interior.
Un leve temblor recorre su cuerpo, y por un instante, parece que su pecho intenta llenarse de aire una última vez. María lo nota primero, girando la cabeza hacia el interior del carro con alarma. Thorian y Rachel la imitan. Entonces, un último aliento escapa de los labios de Milly, un susurro apenas audible, y su cuerpo queda completamente quieto.
El silencio que sigue es abrumador. Rachel abraza su guitarracha con más fuerza, como si el peso de la situación le robara las palabras. Thorian, con la mandíbula apretada, observa a Milly sin apartar la vista, su semblante endurecido por una mezcla de impotencia y rabia contenida. María, incapaz de ver pero sintiendo cada momento, murmura una plegaria entrecortada.
El mundo parece contener la respiración, y dentro de la taberna, Elijah cruza el umbral. El anillo en su dedo brilla con un fulgor más profundo, como si celebrara un logro oscuro y secreto, un eco de lo que acaba de suceder frente a la posada.