Estoy terminándome el Ghost of Tsushima, un juego realmente exquisito en cuanto a ambientación y postales, la verdad es que es uno de los juegos más preciosos que he jugado nunca.
Lo comento porque obviamente tiene muchos de los problemas en cuanto a los juegos de mundo abierto, abuso de coleccionables, repetición de mecánicas hasta la extenuación, hartazgo total y absoluto por seguir las pistas (básicamente seguir las mismas huellas una y otra vez) pero tiene algo que a mi particularmente me ha encantado.
Muchas veces hablamos de la disonancia ludonarrativa de los juegos y aquí podemos ver como un samurai tiene habilidades de ninja, pues bien, el hecho de que esta implicación jugable la hayan hecho lidiar con un código de conducta y honor samurai teniendo gran implicación en la historia y desarrollo del personaje principal me ha sorprendido para bien.
Y eso que los problemas siguen ahí pero darle esa vuelta de tuerca para que mecánicas y narrativa se den la mano de esa forma habla muy bien del equipo de desarrolladores.