María frunce su ceño. Un atisbo de preocupación y comprensión recorre su cara. Pero La Elegida se recompone. Su expresión seria muta a una faz con una sonrisa, más o menos creíble.
"Elijah, necesito sorpresa y sabiduría en la costa.
¿Que pasaría si Ronan activara una trampa mágica aposta?
Espinocho y Rachel serán su prudencia, ellos marcaran el ritmo.
Sólo debe seguir y actuar con decisión y mimo."
Se encoge de hombros.
"Me duele separaros y hasta miedo, mas es lo que dicta el asedio.
He mostrado mi preocupación, ¿no es suficiente con el acto de sanación?
La alternativa es que esté en el frente conmigo, y no el Portador.
Decidme, ¿aguantarías en el pecho ese ardor?"
María se acerca al Valiente, una vez recuperado de sus heridas.
"Mi caballero" empieza
"Lo que os pido puede ser complicado, mas seguro que lo entendéis.
La valentía es buena, mas no está reñida con la prudencia."
"Nosotros en el frente los mantendremos entretenidos" La Elegida empieza a montar su caballo y sacar su espada refulgente.
"Recordad que al volver os esperan vuestros seres queridos.
El enemigo está acobardado y mermado,
en menos que canta un gallo, ¡la batalla habrá acabado!"
Y con esas palabras, María saca su espada levantándola en el aire, dando pie al combate.
"¡POR EL MAÑANA! ¡POR EL REINO DE VADRAVIA!"
Esta vez, no avanza inmediatamente. Un asedio es una cosa larga y costosa, y necesita cabeza fría.
... aunque no esté en la naturaleza de esa niña de Torrwyg
"Por cierto, ¿donde demonios está Bailey ahora?
Tarda demasiado, apenas hay hombres suyos, y a deshora.
¡Ni que tuviera a su cargo una flota demoledora!"
manda a los consejeros cercanos a enviar un aviso de que el asedio va a empezar en breves.