Le estoy dando a Dragon Quest 5 de DS. Un juego que he jugado un par de veces pero ambas lo terminé abandonando a medio camino. Decidí darle otra oportunidad porque su concepto me genera mucho interés y sé que es un clásico dentro de la saga. Creo que la tercera va ser la vencida, llevo 14hs y lo estoy disfrutando bastante. Un primer arco corto pero bien pulido, bastante ingeniosos a la hora de representar que estás viviendo la infancia del protagonista a través de las mecánicas: visitas un castillo fantasma con tu amiga de la infancia, el equipamiento son cosas como “Palo de Madera”, todo tiene un tono “feliz” y cada vez que entra en acción el padre arrasa con todos esos enemigos que a ti te suponen tremenda amenaza, etc. Luego un segundo arco mucho más largo que arranca bastante dramático y ahora se perfila como una historia familiar estremecedora y un sistema de captura de monstruos bastante entretenido (aunque viniendo de jugar a SMT3 sabe a poco, pero bueno, estamos hablando de un JRPG de 1992, bastante bien lo hace).
Así y todo cada vez que juego un DQ me doy cuenta de por qué no me terminan de apasionar tanto como deberían teniendo en cuenta que el JRPG y especialmente su vertiente más clásica es uno de mis géneros favoritos (y siendo DQ la expresión máxima de un JRPG clásico) y no es por su sistema de combate (que se mantiene simple pero retante) ni sus historias sencillas, no, es la lentitud con lo que hace todo por culpa de la manía de relatar todo. Algo tan básico como abrir un cofre en un DQ se traduce en: “El personaje abre el cofre.” “El cofre tiene una poción.” “El personaje toma la posición y la guarda en la bolsa”. O ponerse a curar el grupo supone un relato eterno tipo: “El personaje usa magia y cura las heridas del personaje 2.” “El personaje usa magia y curas las heridas del personaje 3.” “El personaje usa magia y cura las heridas del personaje 4.”
Son cositas que en cualquier JRPG se hacen imperceptibles, pero aquí llegan a desesperar en un juego que eso lo estás repitiendo cada dos por tres. Y ni hablar de la frecuencia de batallas random, si en un FF clásico (por dar un ejemplo) en una mazmorra haces 6 batallas random en un DQ clásico haces 15. Son esas cositas pequeñas que en un juego de muchas horas se hacen grandes y son las que no me permiten que me encanten en vez de que solo “me gusten e ya” a pesar de que en líneas generales tengan todos los ingredientes para que sea lo primero. Y entiendo que algunas cosas sean así en las entregas antiguas (cosas de la épocas) pero que en las entregas más recientes las sigan manteniendo me parece un sinsentido. Necesitan modernizar esos detalles.