Rachel
Desde su habitación, Rachel escucha a su hermana Paige y a su madre charlando en la cocina. Los sonidos de su conversación se filtran a través de las paredes, entrelazándose con el aroma tentador de la comida china, una fragancia que despierta en ella recuerdos de cenas familiares más felices. Era una tradición que su padre tenía los sábados, cuando regresaba temprano de la oficina.
Mientras su madre relata con entusiasmo lo ocurrido en el episodio de hoy de su telenovela favorita, Paige responde como si cada giro inesperado del guion fuera una revelación fascinante. Rachel, desde su rincón, reconoce ese tono en la voz de Paige; su hermana siempre había priorizado el bienestar de su madre sobre sus propias opiniones y aunque no compartía el mismo fervor por las telenovelas, sabía cómo mantener viva la conversación en su intento de inyectar algo de luz en la vida de un ser querido que poco a poco parecía estar perdiendo su brillo.
El tintineo de platos y cubiertos al ser dispuestos en la mesa se funde con el aroma del lo mein y cerdo agridulce, anunciando que la cena está casi lista. En ese momento, Rachel oye la voz de Paige: "¿Rachel se dignará a cenar con nosotras esta noche, o prefiere la compañía de ese cretino de Harrington y su pandilla?"
Desde la cocina, la respuesta de Maggie suena conciliadora: "Oh, Rachel está en su habitación. Pero no hables así de tu hermana. En el fondo, es buena chica. Todavía echa de menos a tu padre", dice, recuperando algo de su cordura.
"Todos lo echamos de menos, mamá", responde Paige, su voz cargada de una emoción contenida. "Y sí, Rachel puede ser buena en el fondo, pero lo que realmente importa es que no siga alejándose de esa bondad hasta perderla de vista. Esa gente con la que se junta no le hace ningún bien. Hoy ha vuelto a faltar a clase."