Elijah se siente observado, pero al levantar la vista no logra ver nada. Por su parte, Georgie regresa a donde están Jazz y Elijah, cargando con un par de cervezas que reparte entre ellos. Elijah, al notar que Georgie sostiene un cubata en el hombro, sujetándolo con la oreja, no puede evitar una expresión de sorpresa. Georgie, sin perder el ritmo, comienza a bailar con las manos en alto, manteniendo la copa perfectamente equilibrada en su hombro. Elijah observa, pensando que esto denota mucha habilidad o, más probablemente, mucha práctica.
Con la energía a tope, Georgie propone: "Pidámosle los reservados a la tal Maeve, qué diablos". Su voz suena con esa mezcla de entusiasmo y decisión habitual. "Ey, Molly. Pregúntale a tu jefa si podemos subir a un reservado. Estamos esperando a unas amigas y ya sabes, un poco de privacidad no nos vendría mal".
Molly, que está charlando con otra pareja, se gira hacia ellos con una sonrisa. Se disculpa ante los otros clientes, echa un vistazo al fondo del local, hacia una ventana con una cortina entreabierta, y asiente. Luego les invita a pasar.
"Parece que no habrá ningún problema. Por aquí, caballeros", dice Molly, guiándolos hacia una escalera de caracol.
Georgie, satisfecho, comenta: "Te dije que el tito Georgie controla la noche, hermanito", con una sonrisa de suficiencia en el rostro.
En la parte superior, un pasillo iluminado por las linternas marítimas usuales les da la bienvenida, aunque en menor cantidad, creando un ambiente más oscuro y privado. El pasillo cuenta con cinco habitaciones, cada una cerrada con una puerta corredera de madera con un motivo marítimo, excepto la última, que está abierta.
"La sala del Pacífico. Espero que la disfrutéis. Hay un telefonillo para hacer los pedidos si necesitáis algo", dice Molly con un tono coqueto.
Jazz, todavía obnubilado, sigue mirando a Molly hasta que Georgie le da una colleja para que reaccione.
"Gracias, reina. Cuando lleguen nuestras amigas, tráelas aquí, por favor", le pide Georgie a Molly, quien asiente y se despide, dejándolos solos en la sala reservada.