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Dos posibles soluciones.
Primera, que otros acosadores habituales, en un alarde de oportunismo, intenten lavar su conciencia dándole "caricias" a estos cuatro, para que quede claro donde están los límites. Poco probable.
Segunda, multas económicas altas, (varios miles de euros), que a ser menores, pagarán los padres. En cuanto les toque el bolsillo una vez, estoy seguro que se encargaran de que sus hijos no vuelvan a cometer otro delito que les cueste el sueldo de varios meses. Mano de santo. Os lo aseguro.
Que los padres sean responsables económicos de los delitos de sus hijos es la mejor manera de que se involucren en el problema.