Bailey ecucha con atención a la sacerdotisa. Sí, no era la primera vez que recibía esa advertencia, pero ahora era más clara, más específica. Y más agorera, sí. Parecía que Shar venía, o había enviado a alguien ya. No pudo evitar preguntarse qué forma tendría. ¿Un objeto embaucador, como el anillo que había acabado dejando a Milly en su estado actual? ¿Una persona de palabras dulces, quizá incluso alguien como Arhalyn... o la mismísima sacerdotisa? ¿O algo distinto? Ninguna de estas posibilidades atemoriza a Bailey, pero sí la incomoda que pida a sus compañeros protegerla.
Es ella quien quiere protegerlos. A algunos más que a otros, como el día había demostrado ya.
A continuación, los demás se miran en el estanque. Bailey no necesita abrir los ojos para notar su presencia, y hacerse una idea del resultado. De todos modos, presiente que es cosa suya: algo de su interior. La misma Arhalyn lo ha dicho: el agua reflejará algo de ellos. La amazona podía ser curiosa, pero no es entrometida. Si desean revelarle a alguien lo que han visto, es asunto de ellos. Sólo espera que al fin lo hagan, si les ayuda.
La violenta reacción de Rachel da evidencia de que no le ha gustado lo que ha visto. A Bailey no le extraña, aunque no tiene del todo claro el porqué. Puede oír la culpa en su voz: el intento de justificar sus decisiones como líder. Bailey siente lástima por ella. A nadie le gusta tener que tomar decisiones como las que ha tenido que tomar ella en alguna ocasión, no bajo estas circunstancias. En realidad, es natural que ella sea quien peor reacción tenga, mientras los demás parecen guardarse lo que descubren para sí mismos. La nota discordante la da Elijah, por supuesto, con sus pullas y su blasfemia. No es que ambas le importaran mucho a Bailey, pero... la dureza en el corazón del muchacho desde el primer día que habían llegado a este mundo le resultaba desconcertante, y además peligrosa.
No lo odiaba por ello, ¿pero cómo hacer que un grupo así funcione a la larga? Los demás querían ir hacia delante, con alguna diferencia de opinión, pero eso era natural. Por alguna razón, Bailey siente que Elijah desea ir en otra dirección muy apartada de la del resto.
...
¿Es posible que no quisiera volver a casa?
La respiración de Bailey se relaja cada vez más mientras la chica reflexiona sobre esa cuestión. Todos habían adquirido poder al llegar a este mundo, pero también están más rodeados de peligro. Si llegan al final de su viaje, y suponiendo que les dieran a elegir, ¿querrían todos volver a casa? ¿Estarían dispuestos a perder sus poderes? Rachel puede odiar ser una líder, pero es una luchadora y tiene a Thorian. Elijah está en un mundo donde el tono de su piel no parece molestar tanto como en los Estados Unidos, y además es más fuerte y habilidoso en el combate. Ronan sigue teniendo una cierta timidez, pero poco a poco la está superando. Milly ha cambiado en cuerpo pero no en carácter, con lo que ahora tiene un físico acorde a su personalidad agresiva y curiosa. Pizz... bueno, Pizz parece ser de este mundo, pero el hecho de que ahora perteneciera a este grupo de repente le hace plantearse una idea intrigante: ¿es posible que Pizz fuera en realidad alguien de su mundo, convertido en goblin? ¿O era un añadido al grupo por parte de la fortuna de este Faerûn al que habían llegado?
Y por fin, estaban King y María.
King es ahora más fuerte, más inteligente, más intrépido, pero la amazona no sabe si alguna vez se ha preguntado siquiera si volver a casa o no. Mientras esté con Bailey, probablemente le importe poco dónde ir, aunque debe de echar de menos a Alan. Y María, aun siendo todavía invidente, lo compensa con magia y con sus compañeros. Tiene en este mundo un poder que no tiene en el otro, aunque Bailey tiene dudas sobre cuánto tiempo sobrevivirá aquí... una duda que, sin embargo, debe extender al resto del grupo.
...
... ¿y qué quería Bailey...?