Me vais a permitir a escribir para poner en este hilo las fotos de los protagonistas. A medida que los subáis en el hilo de rol los cuelgo aquí.
La pícara: Alida manosligeras (Melón)
La Genasi de fuego: Merricat la bruja (Isolee)
Es una Genasi, una raza muy escasa de gente con sangre elemental, en su caso de fuego.
Es hechicera, no maga, lo que significa que su poder es natural por la conexión con un elemento concreto, no estudiado. Eso la hace nula en el resto de capacidades mágicas, pero con un potencial incierto que puede ser bastante alto en cuanto a su elemento.
La gente la conoce como “la bruja”, “la bruja roja” o “la bruja de fuego” y las historias la pintan como un ser terrible, por lo que suelen sorprenderse al ver a una chiquilla lozana y normal, cuando la ven en carne y hueso.
La gente la conoce como “la bruja”, “la bruja roja” o “la bruja de fuego” y las historias la pintan como un ser terrible, por lo que suelen sorprenderse al ver a una chiquilla lozana y normal, cuando la ven en carne y hueso.
Parece buena gente, es educada, extrovertida y se relaciona bien con nobles y gente de cierta posición, no tanto por seducción como por simpatía y empatía (fingida o no) por lo que Erd a veces la manda a hacer un poco de diplomática. De todas formas, no parece ser esnob en absoluto ni querer apartarse de los más desfavorecidos, al contrario.
Parece buena gente, es educada, extrovertida y se relaciona bien con nobles y gente de cierta posición, no tanto por seducción como por simpatía y empatía (fingida o no) por lo que Erd a veces la manda a hacer un poco de diplomática. De todas formas, no parece ser esnob en absoluto ni querer apartarse de los más desfavorecidos, al contrario.
Aun así no habla de su pasado, aunque se intuye que es trágico.
Se lleva bien con Rati, Erd y Miela. Estos dos últimos la han visto llorar cuando Merricat creía estar sola en el bosque. Las lágrimas recorrían sus mejillas mientras observaba la luna acariciando su colgante, una joya que siempre lleva encima
Parece seguir a Lathander, aunque no de forma canónica.
El clérigo, Rati (Milipú)
Está obsesionado con realizar un arca de de 300 codos de eslora, manga de 50 codos y puntal de 30 codos con la que poder salvar la humanidad o a algunos humanos, que todavía no tiene clara dicha cuestión.
A raíz de ello sabe algo de carpintería y ebanistería, pero se dio cuenta que necesita mucho dinero para comprar materiales. Para ello se dedica a ejercer de curandero, en especial mediante apucuntura, a practicar la adivinación y a mendigar. .
No obstante, ni la apucuntura ni la adivinación le dan para ganarse bien la vida y pasaba bastante hambre, hasta que en uno de sus viajes conoció a un grupo de mercenarios que se reunían en una taberna y ayudó a cuidar y curar a uno de ellos, así que de vez en cuando sobrevive como soldado de fortuna con dichos mercenarios ganándose una monedas mientras realiza curaciones y otras acciones de bien con dichos mercenarios.
Lleva una paloma blanca consigo como mascota, aunque él cree que es un espíritu enviado por Pelor.
El enano gruñón: Traki, Resiste Avalanchas (Tombi)
Hace unos meses apareció en el cerdo durmiente un enano cuya raza hacia mucho tiempo no se veía por esos lugares, casi se creia extinguida
Su nombre era Traki y traía la cabeza de un jefe orco en su mano y pedía la recompensa. Dos mandobles al ver que el solo había eliminado a un orco que había acabado con varias expediciones le ofreció la posibilidad de acabar con más especies malignas. Eso llamo la atención a Traki y decidió quedarse una temporada por allí.
Traki es un enano callado y orgulloso, fiel en las batallas y muy resistente. Siempre que puede bebe cerveza y cuando lleva unas pocas es más amigable y extrovertido. Tiene tanta práctica que no tiene resacas. En lo que le conocéis, siempre trata de aprender como eliminar seres malignos y trata de superarse en batalla, ayuda a sus compañeros y aunque en reservado se puede apreciar su bondad pues en alguna ocasión ha salvado a algún miembro del grupo aún arriesgando su vida.
Parece que no le gusta mucho el Ogro y los elfos porque siempre que bebe es a quien menos se acerca.
Como dato, de vez en cuando queda paralizado y balbucea palabras: Brujil, Kor o Puding y alguna lágrima se le escapa en esos momentos, previsiblemente de algún trauma pasado que siempre que se le pregunta Traki se va sin decir palabra
La montaraz: Aim la domadora de dragones (lyn)
Ayn siempre fue una persona alegre y afable. Nunca se sintió rechazado por su condición de semielfa entre sus allegados y si alguien lo hacía, simplemente ella pasaba de esa persona y rompía lazos con ella. Su padre elfo le enseñó todo lo que sabe sobre seguir rastros y amar el bosque y la naturaleza, sabe muchas cosas naturales y cómo moverse con soltura en los bosques.
En uno de esos viajes por los bosques encontraron un huevo de dragón y de ahí salió Fafnir, ella lo considera, parte de su familia y el dragón igual. No es arisco con los humanos y ha aprendido a no comérselos
El bardo donjuanesco: Erdwan el elfo (sora63)
Parezco joven, quizá algo más que adolescente en un humano. Eso es, en élfico, exactamente, entre 100 y 400 años, por ahí irá.
Soy amante de la música humana, especialmente de la rumba, algo de flamenco, amante de las batallas de gallos entre otras. También me gustan las marchas militares de los goblins.
No soy mujeriego, el mundo me hizo así sisi sisi no sé que hay de malo en admirar la belleza femenina muy de cerca, la verdad.
Me tomo ser líder del grupo más en serio de lo que pudiera parecer.
Por mi forma de hablar tanto con vosotros como con Max es fácil de ver que tengo una educación de alta escuela. Pero no sabéis los detalles. No hablo de mi pasado como elfo con nadie.
Miela de Rumbia, la fusilera (KatamariRoller)
Miela de Rumbia es una joven humana, de estatura media, delgada pero recia, de aire triste y actitud neutral. Procede de Rumbia, país del que ha tomado su apellido y que nadie parece conocer. Según ella, se encuentra cruzando el mar, aunque no sabría calcular rumbo ni distancia.
Por lo que se nota en ella, y por lo que otros le han podido sonsacar a pesar de su timidez y fortísimo acento extranjero, Miela sirvió en el ejército de Rumbia, utilizando armas de pólvora, espadas y dagas, tanto en combate abierto sobre prados y colinas como en escabechinas a la desesperada, a media noche, en bosques y callejuelas. Teniendo en cuenta sus andares de soldado y su capacidad para el sigilo, su frialdad al combatir, y su falta de conocimientos sobre detalles de la vida en Faerûn conocidos hasta por el más común de los mortales, no parece mentir sobre haber sido soldado para una potencia lejana.
Sin embargo, Miela tiende a ser una figura solitaria e inexpresiva, muy guardada para sí, por lo que la primera impresión que todo el mundo se hace de ella es que es una chica triste, mentalmente frágil y tocada profundamente por sus experiencias en la guerra. Quienes trabajan con ella durante un tiempo saben que esto no es del todo cierto.
Los Suicidas han notado ya que Miela no se encuentra incómoda bebiendo con sus camaradas, y algunos la han visto demostrar una generosidad y consideración muy poco comunes entre personas normales, por no decir nada de mercenarios. Además, tiene un código de honor propio que incluye no aceptar trabajos que requieren asesinar a alguien sin razón. Según ella misma, Miela ha decidido adoptar a Ilmater como su Dios y guía espiritual, y parece que ha empezado con buen pie porque no tiene prejuicios contra la mayoría de razas que habitan Faerûn
Sin embargo, es callada y discreta, nunca sonríe, y a veces se queda sumida en sus pensamientos de una manera que resulta inquietante. Además, aunque teóricamente es igual de neutral y al mismo tiempo leal para con todos los Suicidas, Miela no está cómoda cerca de las personas de gran tamaño. Específicamente, Miela tiende a evitar a Grunt cuando le es posible.
En sus trabajos con los Suicidas, Miela ha demostrado ser una cazadora experimentada, que viste ropa sorprendentemente elegante (aunque muy desgastada y tampoco muy protectora) y emplea armas que pueden sorprender por su precisión y letalidad, aunque recargarlas tiende a ser un problema en el fragor del combate. Esto lo compensa con la letalidad y precisión de su fusil, la sorpresa de sus pistolas, y un buen instinto para la batalla. A veces aconseja a Erwand cuando se trata de decidir tácticas para un combate, que es una de las pocas interacciones que tiene con otros por iniciativa propia. Su fortísimo acento puede dificultar entenderla en esos momentos en los que la rapidez vale su peso en oro, y es una de las razones por las que Miela no toma casi nunca el liderazgo.
Grunt, el Troll
Es un troll: fuerte, resistente, grande, intelectualmente limitado: tonto a veces. pero la forma en que me gusta definir su inteligencia no es como “tonto”, sino que tiene mucho pensamiento lateral y llega a conclusiones erróneas pero lógicas siguiendo su línea de argumentación simple, y que no son nada previsibles.
Él es consciente de su limitación intelectual, y eso le genera un complejo: siempre va a intentar aparentar que no es tonto. Va a intentar demostrar que él también puede ser listo. Es algo que le afecta emocionalmente y va a estar a la defensiva o intentando ocultar que no entiende algo.
Él es consciente de su limitación intelectual, y eso le genera un complejo: siempre va a intentar aparentar que no es tonto. Va a intentar demostrar que él también puede ser listo. Es algo que le afecta emocionalmente y va a estar a la defensiva o intentando ocultar que no entiende algo.
En cierto sentido, es como un niño pequeño: se enrabieta con facilidad y no saber cómo reaccionar emocionalmente puede ponerlo violento o ser tremendamente obstinado por no dar la razón.
Otra cosa que lo caracteriza es su arma: es un palo (como un garrote) de un material muy resistente y raro, pesado aunque él es capaz de blandirlo con facilidad. Se llama “El Palo” (para qué complicarse más con el nombre, piensa él) y no hay nada más importante para él, le tiene mucho apego. Si alguien intenta tocarlo se pone nervioso y reacciona con agresividad sin pensar mucho.
Y el “origen”, cómo se unió a la compañía de mercenarios:
Dos Mandobles salió con un grupo a estudiar un extraño suceso: una familia de manticoras estaba siendo eliminada anónimamente… ¡antes de que se ofreciera recompensa por ellas! Alguien no entendía cómo funcionaba el negocio o algo raro pasaba.
Cerca del nido se encontraron a Grunt, un troll que estaba luchando contra la manticora madre: llegaron a tiempo de ver cómo le daba con un garrote gigante y hecho de un material que no fueron capaces de reconocer en el cráneo, matándola de un golpe. Se acercaron y el troll no les atacó pero sí les advirtió que la había matado él, y que la carne era suya. El instinto de Dos Mandobles le hizo darse cuenta de que el troll no solo sabía luchar sino que parecía carecer de la maldad típica de muchos de su especie: decidió arriesgarse y llevárselo consigo, sin duda un troll a su servicio daría renombre a la banda e inspiraría terror en sus enemigos.
Le preguntó si tenía hambre, si quería ir con ellos como miembro de la banda, que le darían de comer. El troll le preguntó que cuánto podría comer. Dos Mandobles le respondió que todos los días.
–¿Una vez todos los días? –preguntó Grunt como tratando de asegurarse que había escuchado bien.
–No: no una, sino tres veces al día –Grunt abrió mucho los ojos, sorprendido de aquella respuesta.
–¿Tres veces todos los días, seguro?
–Tres veces al día todos los días.
Sonrió, maravillado ante la suerte que tenía de haberse encontrado con esos mercenarios, cargó la manticora al hombro y los acompañó al campamento.
Grunt resultó ser un troll bonachón, inofensivo salvo cuando se metían con él -o salvo cuando él creía que se metían con él. No mataba el ganado a escondidas, no robaba, y en general, era lo suficientemente manejable como para que mereciera la pena tenerlo en la banda, aunque de vez en cuando se metiera en problemas, en unas ocasiones porque intentaban abusar de él, y otras por iniciativa propia dada su peculiar forma de pensar a veces.
Khazar semidrow
Wulfgar, el bárbaro norteño
ENEMIGOS ENCONTRADOS
Álex, conocido a posteriormente como El Chiclán