Recientemente he terminado El uso de las armas, de Iain Banks
Le llaman el Terry Pratchett de la ciencia ficción, pero la verdad es que no me he encontrado lo que buscaba. La novela es algo caótica (hasta que te das cuenta de la numeración de los capítulos), y aunque tiene pasajes memorables (algunos hasta divertidos) en otros se pasa de rosca y usa un estilo demasiado ambicioso que dificulta la lectura sin venir a cuento. Terry Pratchett es como comer una golosina: delicioso, blandito y digerible. Banks es más como comerse una nuez: tiene partes ricas, pero en cuanto te descuidas muerdes una corteza.
Ahora estoy con Frankenstein (y sigo en el Dracula Daily, que acabará sobre noviembre). Tengo intención de volver a algo más clásico en cuanto pueda. Le tengo ganas a las Meditaciones de Marco Aurelio, y en algún momento tomaré la decisión de leer a Homero (aun tengo que buscar una edición buena y encontrar la paciencia para leerlo).
Ah, y aunque no lo llegué a comentar, antes de leer el de Banks estuve con Dune y al final me enganchó bastante y lo terminé rápido. Tiene partes demasiado esotéricas para mi gusto, pero el ritmo narrativo lo lleva muy bien. Me han parecido libros similares en cuanto mezclan partes de acción con partes descriptivas algo abstrusas que sirven de pausa narrativa, pero mientras Banks lo complica innecesariamente con psicología que apenas sirve para redondear a los personajes, Herbert lo hace con esoterismo. Herbert a mi parecer lo hace mejor, pues le da un toque de misticismo que difunde a los momentos de acción y dota a la novela de un trasfondo rico.