Malditas las ganas que tenía Bailey de seguir al cuervodomo otra vez al interior de la torre. Y más ahora que el tiempo apremiaba. Pero por desgracia, María no tenía ojos para ver el estado en el que se encontraba la amazona: nerviosa, con más energía de la que su cuerpo parecía poder contener. Conforme caminaban por los pasillos, Bailey tenía que contenerse para no darle una colleja a su amiga. Aunque no pudiera verle la nuca a través del pelo, sabía que estaba ahí, y su mirada se fijaba en ella como el radar de un avión de combate zumbando con el tono de estar preparado para disparar un misil.
A pesar de ello, había una diminuta y tímida mota de curiosidad que decía venga, sólo serán unos minutos más. Esa mota se retiró rápidamente cuando Bailey volvió su atención sobre ella, pero ya era demasiado tarde para dar la vuelta.
Al menos María había hecho un nuevo... conocido.
El animal era una hermosura. Le recordaba vagamente a una pantera, o a una leona. O algo entre medias. Pero conforme no le hiciera daño a María, se conformaba... y el animal, efectivamente, parecía tener algún interés en su amiga. El suficiente para no hacerle daño, al menos. Bailey tomó aire, y una vez vió claramente que María había quedado satisfecha, la siguió al exterior. La atleta se despide de Luto con una inclinación de cabeza cortés, aunque de nuevo quizá algo torpe para una chica que no se había criado viendo películas de fantasía, así que mucho menos había recibido una educación tan formal.
"Me tenías preocupada, Bailey. Tenías que relajarte más, mujer, eres demasiado interesante como para que la matriarca te mate o te secuestre, pero demasiado débil para que nos considere una amenaza. ¡No iba a pasar nada, nos lo dijo Luto! ¿Qué te dijo la matriarca a solas? ¡Qué envidia me das!"
Bailey casi lanza a María encima de King, más que ayudarla a subir. Entonces, Bailey sube a continuación. Sin embargo, aunque normalmente habría subido ella delante y María detrás, esta vez Bailey invierte el orden. Así, María queda más protegida, y preparada para una carrera rápida. King, que puede sentir el nerviosismo de su ama, empieza a moverse también de una forma que da a entender su deseo de echar a correr. La amazona mira a Ronan con expresión preocupada, pero decidida. "Tenemos que llevar a Varl el mensaje de su señora esposa. La cual me ha dicho que hay algo que me persigue, por cierto. No teníamos bastante con los inquisidores ésos de las narices, y ahora resulta que puede tenga... yo qué sé... supongo que a un agente de Shar detrás de mí. Y dijo algo..."
Bailey toma aire, y trata de aclarar la mente un poco antes de continuar. "Dijo que en la espesura olvidada, busque a la hija de la luna. Que me revelará algo. Pero bueno, eso puede esperar. María y yo deberíamos ir a la biblioteca cuanto antes, por si logramos encontrar respuestas allí, y despedirme de Kitty. Y ya de paso pedirle explicaciones a Varl. ¿Qué quieres hacer tú, Ronan?"