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Elijah escucha el 'swish' de la pelota entrando limpia en la red y ve a Amari mostrarle los dos pulgares hacia arriba en tono de aprobación.
"Tu tiro ha mejorado mucho, Eli. Pronto tirarás mejor que el imbécil ése de DJ".
Su hermano intentaba darle ánimos, pero Elijah tenía cierto complejo en cuanto a su tiro y las palabras de Amari comparándolo con Dylan no eran lo que necesitaba en ese momento. Con su altura y condiciones físicas, sabía que su potencial global era mucho mayor al de su compañero, pero a día de hoy DJ era uno de los mejores lanzadores del estado a nivel escolar y la primera opción de tiro en el equipo. Sabía que era complicado que dos recruits de un mismo instituto terminaran becados en una universidad de prestigio, así que la competencia era clara y sin cuartel. Amari le ve serio y parece preocuparse:
"¿Estás bien? ¿Estás preocupado por esa chica? ¿Es amiga tuya?", pregunta, siempre curioso, mientras entráis en vuestro bloque y escucháis a la señora Jennings pegarle gritos al holgazán de su marido.
"Está bien que te pases el día bebiendo cerveza barata y viendo la televisión, solo te pido que por lo menos ¡no seques tu ropa interior en el microondas!"
Amari se ríe y entráis en vuestra casa, siempre llena de gente.
No sabes dónde vive la familia O'Shea. Es una familia respetada en la escuela, pero modesta y discreta que solo se deja ver en los festivales de música de su hija o cuando la mayor, Anna, recibía algún premio estudiantil. Sabes que Anna había hecho prácticas en Radio Wisp durante su último año de instituto, tu tío la había mencionado en alguna conversación vagamente.
Milly hace un intento de dirigirse a la casa de Aislinn, pero pronto se da cuenta de que no tiene información suficiente para empezar su búsqueda. Con un suspiro, se resigna y se deja caer en su vieja silla de piel, desgastada por el uso constante. Enciende su ordenador y se sumerge en el mundo de Twitter, decidida a escribir un mensaje. Después de unos minutos de reflexión, publica su tuit. No pasa mucho tiempo antes de que Leo lo vea y le responda.
@LuckyCat_Leo
"Dicen que vive cerca de la plaza del mercado. Tampoco es que los O'Shea se dejen ver mucho ahora que Anna no está. #SleuthsAtWork"
María, con sus vendas visibles en lugar de las típicas gafas de sol, atrae algunas miradas en el pasaje. No le importa ser el centro de atención; de hecho, prefiere los cuchicheos a ceder ante las expectativas de los demás. Mientras se abre paso, un hombre de unos cincuenta años, con una apariencia desaliñada, la reconoce. "Ah, si es la pequeña María de los Abellán," dice con un tono que mezcla sorpresa y familiaridad. Otro hombre, con una sonrisa burlona, se une a la conversación: "¿No deberías ser tú quien nos diga qué ha pasado?".
Antes de que María pueda responder, un joven enclenque se acerca y la toma del brazo, alejándola un poco del grupo. Su perro guía, Esclavo, gruñe ante el contacto abrupto. "Ey, tranquilo, perrete. Soy Carlos, Carlitos, de décimo curso," le dice el chico a María, intentando calmar la situación mientras levanta las manos. Ella no lo reconoce de inmediato. "Tú y Eric me ayudasteis con mi trabajo de fin de curso el año pasado," añade, esperando que ella lo recuerde. Y lo hace.
"Oye, ¿sabes algo de Aislinn O'Shea? Ha desaparecido y la policía está preguntando por ahí," comenta Carlos con un tono de preocupación. "Creo que era de tu curso, ¿no?"
Alan Bruer, el padre de Bailey, tiene ese aire de un escritor que ha vivido historias tanto en la vida real como en su imaginación. Aunque su cuerpo muestra signos de cansancio, sus ojos brillan con una sagacidad e inteligencia literaria que no se ha desvanecido con el tiempo. En respuesta al suave asalto de Bailey, se endereza en su asiento, intercambiando sus gafas habituales por unas para leer de cerca. Se sumerge en la lectura durante unos minutos antes de quitarse las gafas y dirigir su mirada hacia Bailey, su expresión mezcla de reflexión y curiosidad.
"Es la hermana de esa muchacha periodista, ¿verdad? La que dirigía el periódico escolar hace unos años," dice, su voz llena de recuerdos. "Siempre quiso entrevistarme, pero nunca me han gustado las entrevistas. Suelen ser una experiencia pueril. Además, ella tenía una habilidad especial para indagar más de lo normal y si algo me gusta menos que las entrevistas pueriles son las entrevistas que no lo son..." Alan se pierde por un momento en sus pensamientos antes de volver a la realidad. "¿La conoces bien?", pregunta con genuino interés, mirando a Bailey con curiosidad.