Cerdo combatiente, tarde-noche

Erdwan está apunto de sorprender a Merricat, cuando el enano lo ve y lo abraza de improvisto.

Tombi — Y acabaremos con él, verdad Erd!! Por cierto! Le debo un favor muy grande por lo de ayer, espero que le sirvan las provisiones que tiene en su poder.. son valiosas!

Vaya, ya me ha arruinado la sorpresa... piensa Erdwan con algo de amargura. Pero se recupera rápido.

"¡No fue nada hombre! Sólo me tienes que explicar qué demonios te traes entre manos. ¡No es típico de ti tenerte tantos misterios!

Y sí hombre, tarde o temprano ese bastardo caerá" dice el elfo, con un tono que no se lo acaba de creer "¡Adolfo, una ronda de cervezas para celebrar éste encuentro dichoso!"

Aprovecha éstas palabras para, ahora sí, dirigirse a Merricat.

"Ésto va por ti también, por si no te has dado cuenta" Erdwan empieza a reírse a risotadas, hasta que rápidamente su voz de vuelve más melosa y dulce, que acompaña a su sonrisa, amplia y cálida "me alegro de verte tan radiante como siempre, Merricat. ¿Cómo te ha ido?"




Oscuridad eterna en un mundo injusto, mañana

"¡NO! ¡NO VAYAS HACIA AHÍ! ¡AAAAAAAAAAAAH!"

Me levanto de un salto. Otro sueño terrible, pero podría ser peor. Almenos era sólo una pesadilla.

Mi cuerpo reacciona sólo y se activa inmediatamente más que lo que lo ha hecho en todo el año. Noto que duermo en piedra, no en mi cama. Escucho bullicio, gente andando, aromas de comida y salsas, fuego sonando a lo lejos, y suciedad. Mucha olor a suciedad.

"Puaj... ¿dónde estoy? ¿me han secuestrado?" Me toco todo el cuerpo y los alrededores. No estoy atada ni en los pies ni en las manos, y tengo a mi compañero al lado. No parece haber paredes ni gente al lado vigilándome.

Perfecto. No estoy secuestrada, aunque no tengo el móbil. Maldita sea. Que no esté secuestrada me tranquiliza, pero no todo lo demás. ¿Qué demonios ha pasado? ¿Seguiré dormida de alguna forma...?

Mi ropa también es diferente, pero todavía no puedo procesar eso.
Así, pues, ando a tientas siguiendo a mi compañero, hasta que me lanza un par de ladridos.

Tendrá que servir. Decidida y confiada, le pregunto:

"Disculpe, ¿estamos en el estado de Maine? No sé si ha oído hablar de Innsport, ¿a qué distancia en coche está?"

Merricat

El posadero deja la jarra y el trapo sobre la barra, frunciendo el ceño. "Erdwan estuvo aquí hace unas horas," responde finalmente. "Dijo que tenía que hacer un recado. Debería volver pronto."

Merricat asiente, agradecida. "Gracias, Adolfo. Necesito hablar con él en cuanto regrese."

Justo en ese momento, Merricat siente una mano fría en su espalda, lo que le hace dar un respingo, sorprendida. Al girarse, observa a Erdwan, su amigo y líder de los Suicidas Carmesíes. La mirada serena del elfo la recibe con una sonrisa.

La genasi sonríe cálidamente, contenta de ver al elfo. "¡Erd! Me has asustado," dice con una risa suave. Luego, se desploma en una banqueta junto a él, soltando un suspiro de alivio. "¿Qué te has hecho en el pelo? Parece más reluciente que de costumbre. ¿Acaso te has bañado en agua de rosas o usado algún ungüento élfico? Tendrás que darme tu receta, o terminaré asándote sólo para descubrir tu secreto," dice, levantando la palma de la mano en la que se arremolinan unas trazas de fuego.

En ese momento, ve a Traki "Resisteavalanchas" acercarse y lo saluda efusivamente. Habían compartido tiempo durante las últimas semanas, así como confidencias. No sabía de lo que estaba hablando exactamente, pero entendía que era importante para él haber encontrado un rastro que seguir en su misión para vengar a la gente de Puig.

"Veo que tenéis muchas novedades. Tenéis que ponerme al día, amigos míos," dice, haciendo un gesto amable a Adolfo tras recibir su bebida.

Merricat, aún sonriendo, continúa: "Por ahora he terminado con mis tareas en la ciudad. Podéis contar conmigo para la próxima misión."

    Ronan

    Ronan está aburrido. Ha pasado de todo en Innisport y no puede dejar de pensar en que pronto conocerá a su escritor favorito y este quizás salve a él y a su familia. No puede dormir, después de varios intentos dando vueltas por la cama ,se levanta y se va hacia su ordenador. No le apetece leer ,se encuentra muy activo mentalmente así que busca un juego para pc . Rebusca entre sus archivos "Dulce Hogar", "Vampiros de Melon", "La gasolinera maldita de Tharitely"... Buff no le apetecía ninguno de esos. Sigue mirando aburrido hasta que tropieza con un título que hace tiempo que no jugaba "Los suicidas carmesí".
    Este si, le apetece meterse en la edad media ... pero piensa hacerle algunos cambios para hacerlo más divertido . Ronan sonríe malévolamente al darle al botón de Enter.
    Ahí está, repasa todos los personajes, Traki, Alida, Grunt , Merricat, Víctor , el loco ese que le recordaba a Carlos Jesús, Ayn... Ronan recuerda a ese personaje cuando lo creó. No era interesante hasta que le colocó un dragón, ahí sí que tuvo carisma esa semielfa. También Erdwan y Faude , le gustaba la gata ,la eligió expresamente para darle un toque más erótico . Eso hacía más interesante el juego . Le ponían las chicas con orejas de gato, qué le iba a hacer . Ronan también tenía sus fetiches .
    Bueno, estaban la mayoría pensó ,pero ahora venía lo más divertido. Recordaba porqué había abandonado el juego y es que no daba ya más de si. Vale,los Balrogs y las arañas gigantes ya estaban muy vistas ,así que Ronan iba a probar algo diferente esta vez.
    Fue hasta el menú y la opción de crear personajes y ahí puso los nombres de los nuevos personajes: Elijah y María . Ahora sí, nunca había jugado así y pintaba bien , a Elijah le puso las características que ya conocía de su compañero de clase pensando entre suspiros que seguramente así ligaría como él aunque solo fuera en un juego. Ronan siempre pensaba en Elijah como alguien muy seguro de si y que follaria cada noche con una chica diferente. Así que por qué no? Si había añadido en el juego a alguien como Faude,por qué no darle un toque más erótico aún. Seguro que con Elijah en el juego habría sexo garantizado. Por último añadió a María, una chica de su clase que siempre le había caído bien pero que era incluso más rara que él,así que le daría la réplica a los magos del juego perfectamente.
    Bueno pues ya está todo listo, pensó, Ronan,así que sin pensarlo mucho más le da al enter y se prepara para jugar .

      Erdwan
      Cerdo combatiente, tarde-noche

      Isolee “¿Qué te has hecho en el pelo? Parece más reluciente que de costumbre. ¿Acaso te has bañado en agua de rosas o usado algún ungüento élfico? Tendrás que darme tu receta, o terminaré asándote sólo para descubrir tu secreto,”

      "¡Oh! Alguien se ha dado cuenta, por fin. Como si no me dieras suficientes razones para echarte de menos." dice Erdwan con una sonrisa creciente y tocándose el pelo. Pues sí, me puse creativo y añadí un poco de lavanda y jazmín en el jabón. ¿Quieres que nos veamos luego y te digo la receta?" dice, guiñándole un ojo.

      Isolee “Por ahora he terminado con mis tareas en la ciudad. Podéis contar conmigo para la próxima misión.”

      "Ni hecho aposta, querida Merri. ¡No sabes de la que te has librado! Fuimos a satisfacer las... necesidades del Conde Dracamonte.

      También conocimos dos nuevos fichajes, Gimblewick de Zumbavelo y la señorita Faude. Te los presentaría" dice, asomando un poco la cabeza para hacer notar el punto "pero parece que no están. Lo hicieron muy bien para su primera misión, fueron ambos de gran ayuda.

      Aparte de eso, los caminos de la misión nos llevaron a encontrar un..." pausa un momento, y le da un par de palmadas a Traki @Tombi "espera, ¿quieres contar ésta parte tú o la cuento yo?" dice, con un gesto cómplice.

      • A PAL le gusta esto.

      — pues claro! Deja que el gran Traki cuente como vengó a su pueblo!!

      Bebe

      —Encontramos a un invocador y trajo a un Balrog escupefuego, el mismo que aniquiló a Puig!!

      Suspira y le cambia el gesto

      — estaba a punto de acabar con Víctor, pero llegamos raudos, fieros y veloces al rescate para plantarle cara al demonio y nuestra gran arquera le dio la puntilla con 2 flechazos que le hizo desaparecer… si! Esa medio elfa parece criada con las mejores habilidades, también le ayudó que yo manipule un poco su arco y una gata enorme con su espada gigante

      Le guiña un ojo

      — y descubrimos que detrás de esos demonios está el bastardo de Zar’Onen.. pero ya le queda poco, conozco su nombre y mi martillo querrá aplastarle su cabeza, JuA JuA JuA ah y conseguimos quitarle un dolor de huevos a un conde que nos ha premiado con estos pasteles gracias al troll en vez de oro.. y lo más importante, el sacerdote ligó con una ramera! Seguro que le ha desempolvado las telarañas en el templo

      Acaba su jarra

      — pero te echamos mucho de menos, yo al menos Merricat! Por cierto, donde diablos te metiste?

        Tombi — y descubrimos que detrás de esos demonios está el bastardo de Zar’Onen..

        "Sí..." añade Erdwan, tragando un cuarto de jarra de golpe. Miela y Merricat deben saberlo cuanto antes "el mayor demónologo que conozco. Mi hermano mayor" ya lo había dicho varias veces, pero cada vez el elfo lo hacía sonar como una sentencia, haciendo caer la cabeza ligeramente "las misiones relacionadas con Rorg lo tienen a él detrás."

        Tombi — pero te echamos mucho de menos, yo al menos Merricat! Por cierto, donde diablos te metiste?

        "Traki, una mujer necesita tener sus secretos. Si se lo dejamos a Faude y Alida las suyas, a Merricat con más razón" le dice al enano divertido, bebiendo de su jarra mientras mira las reacciones de Merricat.

        Miela abrió los ojos.

        Aún era noche cerrada, pero la había asaltado la pesadilla de costumbre.

        Se quedó quieta por unos momentos, las manos cruzadas sobre el pecho, mirando el techo de su habitación. El sudor perlaba su piel, y su pecho se agitaba por una respiración acelerada, pero pudo ver rápidamente que ya no estaba en el infierno en su cabeza. No se encontraba vestida para la guerra, corriendo sobre los tejados de edificios en llamas, oyendo los gritos de los pobres desgraciados que intentaban huir del incendio que devoraba la ciudad y, en lugar de encontrar una escapatoría, acababan atrapados en callejones sin salida. No sentía el calor quemándole los pies a través de sus botas, ni tosía por el humo que amenazaba con ahogarla, ni intercambiaba disparos con los tiradores enemigos en la fortaleza que el ejército intentaba asaltar.

        Poco a poco, los malos recuerdos cayeron de su ser igual que el sudor, deslizándose hasta caer sobre la cama, o ser absorbidos por el camisón marrón que llevaba puesto, basto pero cómodo.

        Con un suspiro largo venido de las profundidades de su ser, Miela se levantó de la cama, abrió la pequeña ventana que daba a la noche de la ciudad, y descorrió la cortina. El aire fresco de la noche le resultó maravillosamente placentero al apoyarse con los brazos sobre el alféizar de la ventana. Las estrellas, que más o menos eran las mismas allá donde se encontrara, tranquilizaron los latidos de su corazón. La palangana y la jarra de agua sobre la mesa que la viuda Sonsol siempre dejaba en su habitación cada noche le fueron útiles para refrescarse, y para recuperar lo que había perdido sudando.

        La habitación no era lo único que pertenecía a la viuda. La amable anciana le había ofrecido el camisón que se ponía para dormir, y algunas prendas más que ella había llevado en su juventud y que ahora no le quedaban tan bien. También había empezado a poner la palangana y la jarra de agua en su habitación cada noche al poco de acoger a Miela. La joven soldado lamentó que probablemente empezara a hacer eso después de que Miela la despertara agitándose por las pesadillas, ya que su anfitriona dormía en la habitación debajo de la suya. La viuda jamás le comentó nada, y realmente no le extrañaba. Víctor le había recomendado que se hospedara con ella, y mientras que ella guardaba su silencio habitual, avergonzada por su poco dominio del idioma local, la viuda hablaba con ella. Con educación, y con un ritmo y tono muy cuidados, pero... hablaba mucho. Y así, Miela había llegado a saber que dos hijos de la buena mujer se habían buscado la vida trabajando en Puerta de Baldur, una hija se había casado con un comerciante que se la llevó a otras tierras desde las que le escribía cartas, y el hijo menor...

        ... el hijo menor se había unido a los Suicidas Carmesíes. Y la pobre señora Sonsol lo había visto por última vez tres semanas después, cuando había marchado con una docena de compañeros a matar a un ogro y habían vuelto la mitad. Sin el muchacho.

        Max y ella habían sido conocidos hasta entonces. Un día, Miela encontró una lanza y una espada ocultas detrás de un armario, cubiertas de polvo y telarañas. La lanza estaba astillada, casi partida en dos. Teniendo en cuenta lo poco que hablaba la anciana de Max, el tono con que lo hacía las pocas veces en que lo mencionaba, y el destino de su hijo... bueno... la joven se imaginó rápidamente lo que significaban, y decidió que era buena idea olvidar esas armas con tanta resolución como lo había hecho la viuda.

        En lugar de importunarla con una curiosidad infantil, Miela se aprestó a ayudarla como una buena huésped.

        Volvió a la cama, pasó el resto de la noche razonablemente bien, y al día siguiente salió con la señora Sonsol a comprar.

        Cuando no tenía misión con los Suicidas, a Miela no le molestaba para nada ayudar a la viuda. Aparte de sus ejercicios de armas, tenía bastante tiempo libre, y la viuda apenas le cobraba a pesar de darle habitación, comida y ropa. ¿Qué menos que asegurarse de que algún desgraciado cortabolsas no robaba a la viuda, y llevarle un poco de la compra si era menester? Al fin y al cabo, al final compartían los estofados que preparaban una u otra, aunque la anciana todavía estaba intentando que Miela le pusiera algo más de carne y especias a los suyos cuando cocinaba.

        De modo que las dos andaban por el mercado, con Miela en pantalones, camisa y chaleco, espada y daga bien presentes para desanimar a rufianes varios (y sus dos pistolas colgadas por si las cosas se ponían difíciles de verdad). A veces se preguntaba de dónde sacaba la viuda tanto dinero como para no cobrarle más a la joven extranjera, pero era de imaginar que sus hijos le mandaban algo, que ella debía tener ahorros, y que quizá Max también le mandara una pensión... ya fuera por sus servicios en los Suicidas, o como compensación por su hijo. Pero algo le decía a Miela que la señora Sonsol antes le tiraría el dinero a la cara a Max que permitirle darle ni medio cobre. Y de todos modos... bueno, Miela experimentaba cierta alegría y orgullo al pensar que le hacía compañía a la mujer. Buena compañía, además.

        @sora63
        Mientras recorrían callejuelas y pasaban junto a tenderetes que empezaban a parecerle más familiares de lo que se habría imaginado nunca, la señora Sonsol y Miela no pudieron evitar detenerse un momento al reparar en que dos tipos hablaban con una chica muy joven. La muchacha vestía de una forma tan extraña que atrajo la atención de las dos mujeres al mismo tiempo, aunque lo siguiente fue la pinta de los dos tipos que hablaban con ella: unos hombres que rondarían la treintena, con unas sonrisas confiadas que no les gustó nada, y unas ropas amplias, de mala calidad pero perfectas para esconder algo dentro. O dicho de otro modo: que los dos desconocidos vestían como atracadores o algo peor.

        "¿Maine? Qué va, chica, no me suena de nada. Pero tengo un amigo cochero que seguro que sabe por dónde queda..."

        Los atracadores intercambiaron una mirada que puso sobre aviso a Miela, especialmente cuando se percató de que la chica llevaba una venda sobre los ojos. ¿Una joven ciega? ¿Sin mejor compañía que ésos dos? No, espera, con ella había un animal. Un perro, que miraba atentamente a los hombres y no parecía nada cómodo.

        "Mira, sólo tienes que seguirnos, permítime..." Uno de los hombres le puso una mano en el hombro a la chica y empezó a empujarla con suavidad hacia un callejón. El animal empezó a gruñir, y a moverse despacio, manteniendo a ambos hombres a la vista, pero hasta que demostraran ser un peligro mayor...

        La viuda decidió no esperar. Con brusquedad, empujó a Miela. Sorprendida, la soldado se giró hacia ella, pero la viuda sencillamente le indicó que se pusiera en marcha levantando el mentón hacia el callejón. Miela dudó. Al fin y al cabo, todo eso no era asunto suyo...

        ... por eso se sorprendió a sí misma cuando unos momentos después, ya dentro del callejón, Miela puso la punta de su daga en la espalda del villano que empujaba a la chica. El hombre se detuvo dando un respingo, pero tuvo la presencia de mente para no darlo hacia atrás. Parecía que por experiencia, supo que lo siguiente que tenía que hacer era levantar las manos. Su acompañante notó su reacción y vió a Miela, pero antes de que pudiera hacer algo más que abrir la boca, se encontró con el sugerente brillo de la espada de la soldado levantándose despacio desde el suelo hacia él. La punta del arma y los ojos dorados de la veterana despidieron el mismo destello letal.

        "Eh.. eh, por favor, un momento..." El acompañante, viéndose con la punta de la espada a la altura de la entrepierna y subiendo, levantó las manos en gesto apaciguador al tiempo que echaba hacia atrás la cabeza, pero Miela no estaba para bromas.

        "Idos al inferno, comemedas."

        El atracador con la daga en la espalda, creyendo a Miela distraída, se revolvió. Lo único que consiguió con eso fue que Miela apartara la daga, esperara a que terminara de girarse, y le clavara el arma en el estómago con un empujón firme. El atracador dejó escapar un gemido y llevó las manos a la empuñadura del arma, que Miela ya había soltado. El otro rufián no tuvo tiempo de decir que se rendía antes de que la soldado le ensartara el pecho de parte a parte, mostrando una falta de misericordia que sin duda habría aterrado a la joven ciega de haber podido ve la escena. Sin detenerse, Miela se lanzó contra él, embistiéndolo contra la pared para que no tuviera tiempo de reaccionar, el frotar de los ropajes y la sorprendida y dolorida exhalación del villano probablemente indicando a la chica invidente que algo horrible estaba pasando. El pobre desgraciado contra la pared aún no entendía qué estaba pasando cuando Miela retrocedió y, aprovechando su inercia, le sacó la espada del cuerpo para a continuación clavársela al primer herido. Éste había caído de rodillas y levantó la vista justo a tiempo de ver la hoja entrarle entre el cuello y la clavícula, buscándole algún órgano vital. No lo encontró, pero el estropicio que dejó a su paso la espada al entrar y salir fue demasiado para que su cuerpo siguiera funcionando. Su sangre empezó a brotar de una forma que Miela, para decepción propia, ya no encontraba repugnante en absoluto.

        Los dos hombres quedaron tendidos en el suelo, tomando bocanadas de aire con desesperación mientras se desangraban.

        La señora Sonsol entró en el callejón y pasó entre los dos hombres mientras Miela ponía al primer herido boca-arriba para sacarle la daga de las tripas y rematarlo a degüello. El olor a sangre empezó a impregnar el callejón mientras la viuda se acercaba a la chica ciega. Tenía los ojos abiertos por el espanto gracias a lo poco que había visto del trabajo de Miela por el rabillo del ojo. Cuando la envió a intervenir, no se esperaba esto. Miela, que vio su reacción de pasada mientras se dirigía hacia el segundo hombre, lamentó eso... pero así eran las cosas en los callejones, y no era ella la que había querido entrometerse en primer lugar.

        "Disculpa, querida, ¿necesitas algo? ¿Estás bien?" La viuda preguntó con preocupación. A pesar del horror, controló su voz de forma francamente encomiable. En otras circunstancias, Miela se habría preguntado si solía ser actriz, pero estaba ocupada con el hombre al que había ensartado con la espada para entablar cortesías. El hombre estaba sentado, apretándose la herida, y al verla acercarse la miró, aterrado, y trató de gritar. Miela le dió una patada con todas sus fuerzas en el estómago que lo acalló al instante.

        Lo siguiente fue rápido y definitivo. Y Miela lo odió porque este hombre no había cometido otro error que tener un compañero idiota. Pero así es la muerte.

          Merricat

          Sus ojos recorren a sus compañeros, deteniéndose un momento en cada uno de sus rostros. "Me alegra saber que habéis logrado tanto en mi ausencia. Zar'Onen no sabe lo que le espera," dice con una sonrisa maliciosa. "Vamos a hacer que desee no haber nacido". Su risa, clara y llena de confianza, resuena en la posada.

          Merricat se acerca a la mesa donde Adolfo ha dejado una bandeja de pasteles. "Y esos pasteles...," dice, tomando un bocado y cerrando los ojos para saborear el dulce. "¡Deliciosos!", exclama extasiada, relamiéndose los labios. "Ya sabéis que a veces ayudo en un orfanato local, en el Distrito del Rompehuesos," dice, sin darle demasiada importancia. "Pues bien, alguien del gremio de festividades se enteró y vinieron a pedirme ayuda con el Festival del Solsticio de Verano."

          Se inclina hacia adelante, sus ojos brillando con entusiasmo. "Ayudé a preparar el desfile, que se celebrará en unos días, con fuegos y luces que iluminarán la noche." Sus manos hacen un gesto amplio, como si pintara el cielo de colores con ellas. "Será una exhibición mágica, con antorchas encantadas y fuegos artificiales, acompañados por música y danzas tradicionales. Todo el mundo se reúne para celebrar la generosidad de Chauntea, compartir historias, y fortalecer los lazos de la comunidad."

          "Os espero a todos allí," añade con una sonrisa, terminándose el pastelito en un último bocado.

          Levanta su jarra de cerveza artesanal, la luz de las lámparas de aceite reflejándose y danzando en sus ojos rojizos. "Por nuestras victorias pasadas y las batallas que vendrán," proclama, tras lo que bebe profundamente disfrutando de la camaradería.

            AYN

            Ayn se despereza en su jergón mientras chamusquina aletea a su alrededor.
            -Si,si, ya me levanto .
            Deja que Fafnir se pose en su hombro mientras ella se peina una trenza bostezando .
            -Esta bien, ya es de día no?
            Mira a través de la ventana y está segura que deben ser más de las 12h del mediodía .
            -De verás que he dormido como un tronco está noche. Seguro que nuestros compañeros ya están abajo hablando y riendo alegremente. Eso no me lo pierdo Chamusquina, mil veces prefiero antes una charla relajada con amigos que la fama de matar a 100 Balrogs.
            Ayn se pone sus botas se echa agua fría en la cara y baja las escaleras con Fafnir revoloteando a su alrededor .
            Ayn baja y ve a sus compañeros sonriendo en lo que parece una aminada charla . Se acerca por detrás y abraza a Traki y a Merricat y dice con voz pomposa:
            -Si, querida si, Traki tiene razón. Un Balrog es poca cosa para mí .
            Ríe con ganas e incluso da dos besos a Merricat para luego unirse a la conversación.
            -Vata, vaya, me apunto a esa celebración, Merry, y por favor Víctor, dame una jarra de cerveza,la mas fresca que tengas

              Después de demostrar su habilidad recién adquirida con la jabalina y la red Elijah de dirige a Rati:

              -Solo cuando estaba con Mo en la barca había tocado una red que no fuese de baloncesto. Es extraño porque parece que he adquirido habilidades que no tenía.

              Rati se queda pensativo. Ven, entra conmigo. Allí se dirige a la mesa en la que parecía que se congregaban varios miembros: Erdwan, Merricat, Ayn, Traki...

              -Erdwan. Traigo buenas nuevas. Una demostración de que Ganimedes nos tiene algo reservado fiu fiu. Un viajero de más allá de Orion. Fiu fiu...

              Elijah observa al apuesto elfo, aún no sabía que sería su instructor de ligues y que sería el que le abriese las puertas del corazón de las mujeres... Y bueno de lo que no es el corazón también. También le llamó la atención ver a una pelirroja más pelirroja que Emma y a un enano. Pero sobre todo se quedó prendado de la rubia alta, esbelta, con orejas de spok y que tenía un pequeño dragón con ella.

              -Hola... Este viejo (resoplador piensa Elijah) me ha dicho que vosotros me podríais ayudar a regresar a Innisport. No sé muy bien qué ha pasado...

              Aún no había acabado la frase cuando de repente Elijah observa por la ventana que por la calle pas una joven que conocía:

              -María... Qué haces tú aquí? -grita Elijah

                Milipu me podríais ayudar a regresar a Innisport. No sé muy bien qué ha pasado…

                — Claro que si muchacho, por un par de monedas de oro te digo el camino

                Extiende la mano

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                  Tombi

                  -Traki!-dice Rati visiblemente enojado-. Es una señal de Ganimedes y cometes la impiedad de exigirle dinero fiu fiu.

                    Erdwan
                    Cerdo Combatiente, con Traki, Merricat, Ayn

                    Isolee “Será una exhibición mágica, con antorchas encantadas y fuegos artificiales, acompañados por música y danzas tradicionales. Todo el mundo se reúne para celebrar la generosidad de Chauntea, compartir historias, y fortalecer los lazos de la comunidad.”

                    “Os espero a todos allí,”

                    "Allí estaré. Estando una dama tan perfeccionista y cuidadosa como tú, no espero menos que el tercero puesto a mejor festividad" Erdwan levanta la jarra otra vez. "¡Por el solsticio de verano! hic... upppss... ¡Adolfo, otra porrr aquí!" Erdwan empieza a alargar las vocales, notándose ligeramente bebido, algo extraño que baje tantos las defensas en él.

                    Lyn -Si, querida si, Traki tiene razón. Un Balrog es poca cosa para mí .

                    "Un placer ver a la matademonios más temible del continente agraciarnos con su visita, si señora" Erdwan levanta la jarra con una alegría... algo eufórica para ser él "te queda bien el pelo sin trenzar Ayn, ¿te has cambiado el look para recibir a nuestra compañera de nuevo?"

                    Erdwan mira a su alrededor.

                    "Quizá deberíamos coger una mesa, esa del fondo está libre" dice señalando en una más del fondo "así tendremos más espacio, e intimidad" dice, sonriendo más alegremente por un momento.

                    No esperaba beber tanto, pero bueno, la misión había acabado, y la noche era joven.
                    A veces, la vida era sencilla y maravillosa.

                    //Lo de la mesa digo porque, si no me equivoco, estamos en la barra.

                    Oscuridad total en un mundo complejo y horrible

                    Los hombres empiezan a hablar con confianza y agarrar mi mano suavemente. Me llevan con decisión a un lugar más apartados. Mal asunto... si se juntan no podré con ellos.

                    Tengo las órdenes de Esclavo en la punta de la lengua, cuando escucha los pasos de dos personas venir. En unos pocos segundos escucha la voz de los atracadores suplicar piedad, una voz de chica joven con acento extranjero y una mujer mayor, mientras su nariz se llena de olor a sangre, a vísceras, a casquería y sus oídos escuchan la sangre y algunas vísceras caer al suelo.

                    María acaba vomitando con su primera experiencia directa con un enfrentamiento tan duro, "ahh... gra... gra..." la chica sigue jadeando mientras se limpia los restos, pero se reincorpora enseguida.

                    KatamariRoller “Disculpa, querida, ¿necesitas algo? ¿Estás bien?”

                    "gracias... ufff... por meteros en ésto por mí... ¿Donde estamos? Me llamo María, y vivo en Innsport, en el estado de Maine. ¿Y vosotras?" María en la dirección general a sus compañeros.

                    "Emmm... ¿no era mejor llamar a la policía? Espero no poneros en un aprieto..."

                    Milipu -María… Qué haces tú aquí? -grita Elijah

                    //María ignora tú aviso, al estar acompañada de dos personas que le están hablando y tú le hablas desde dentro de un edificio lleno de gente. Además, ¿el cerdo combatiente no está como apartado de las ciudades cercanas?

                      Milipu

                      —Ganímedes es piadoso y seguro que quiere que su siervo vuelva a casa con mi ayuda, un par de monedas y todo acaba

                      Extiende la mano

                      Se gira

                      — Adolfo!! Lleva jarras y salchichas a la mesa donde nos dirigimos!!

                      sora63 //Lo está, el cerdo está apartado en las tierras del conde a las afueras de puerta de baldur.

                        Inkisidor //Lo está, el cerdo está apartado en las tierras del conde a las afueras de puerta de baldur.

                        //Entonces no has podido ver a María desde el Cerdo combatiente, de donde estás.

                        @sora63
                        “Emmm… ¿no era mejor llamar a la policía? Espero no poneros en un aprieto…”

                        La viuda se detiene y se queda mirando a María. Innisport no le suena de nada, y el estado de Maine tampoco. Suenan a otra ciudad. ¿Y la policía?

                        Miela escucha mientras limpia las dagas usando las capas de sus víctimas. La sangre en sus guantes y botas tendrá que esperar. Mientras la viuda habla, la soldado se acerca. "Lo siento, hija, no sé de dónde vienes ni qué es esa policía de la que hablas."

                        "No estamos en apeto si nos vamos canto antes." Miela comenta, casi susurrando. La viuda asiente. El callejón está perdiendo el poco encanto que tenía a una velocidad francamente sorprendente. Incluso Esclavo, el compañero de María, parece lo bastante incómodo con el lugar como para fiarse de la anciana, aunque no tanto de su escolta.

                        "Es verdad que deberíamos irnos antes de que aparezca el Puño Llameante, o los amigos de estos pobres diablos. ¿Te importa si te tomo el brazo, hija?" Al tiempo que dice eso, la anciana da un paso al frente y toma con delicadeza la mano de María al tiempo que le envuelve los hombros con el otro. La señora Sonsol es algo más alta que María, y la verdad es que para su edad se conserva bien. Poco a poco, la va guiando fuera del callejón y de vuelta a la calle mientras que Miela toma la capa de uno de los muertos y le da la vuelta para ocultar las manchas de sangre. En casi nada de tiempo, María vuelve a sentir el sol sobre la cara y cómo sube el volumen de las personas hablando en las calles. "Escucha, yo soy la señora Sonsol, pero me puedes llamar Nina. Y mi amiga se llama Miela. Vive conmigo en mi casa."

                        Si fuera más expresiva, Miela habría levantado una ceja. ¿Amiga, eh? Bueno... no le molestaba para nada saber que así la veía la anciana.

                        "Yo estoy ya jubilada, pero Miela trabaja de mercenaria en los Suicidas Carmesíes." La anciana guía a las dos jóvenes a una tiendecita donde resulta que la señora había dejado la compra en manos de un tendero amigo. "Oye, la verdad es que yo no sé dónde queda Innisport, y jamás he visto ropa como la tuya antes... ¿eres extranjera, o algo? ¿Del Norte, del Sur?"

                          María
                          Lugar desconocido

                          KatamariRoller “Lo siento, hija, no sé de dónde vienes ni qué es esa policía de la que hablas.”

                          "Entiendo..." ¿No sabían que es la polícia? Eso es imposible, ¿qué país del mundo no tiene policía? no, espera, no lo conocen... ¿cómo es posible? A no ser que estuviera en un país tercermundista eso no sería posible, pero estaban hablando inglés americano...

                          ... Un momento... estaban... ¿estaban hablando en inglés? ¿Sí no? Si no... ¿cómo se entendían?

                          María se deja acompañar con esa amable mujer y su compañera, mientras procesa toda la información en su cabeza, aunque en el fondo, yo conocía las respuestas.

                          KatamariRoller “Escucha, yo soy la señora Sonsol, pero me puedes llamar Nina. Y mi amiga se llama Miela. Vive conmigo en mi casa.”

                          "Me llamo María. Es un placer conocerlas a ambas" María sonríe, y alarga la mano a las dos personas mientras anda, intentando notar sus brazos. Sus voces ya daban bastante información, pero siempre era bueno tener una impresión más certera.

                          "Soy... bueno, digamos que de un país muy lejano. Estaba en mi casa descansando, y cuando me dí cuenta acabé en ésta ciudad. No sé, exactamente que ha pasado... así que si hablo raro o si mi ropa es rar... ¿hmm?" María se toca a sí misma mientras vuelve en sí, just cuando se empieza a dar cuenta que su ropa es totalmente extraña: Lleva varias capas de camisas y capas de varias prendas de animales, pieles que le llegan casi hasta los tobillos y las rodillas haciendo una forma de falda extraña, una gargantilla y hasta una diadema con un extraño ojo "¿qué cojones es está ropa...?" dice con un tono de voz bajo, pero aún audible.

                          Las cosas empezaban a encajar. El mundo, las personas, la ropa... estaba... ¿en otro mundo? Seguramente su otro yo seguiría dormida como un lirón y estaba soñando todo ésto. Así que sí venga, roll with it.

                          "Bueno, pues que voy un poco perdida, lo siento" dice riéndose un poco, aceptando su situación, como quien acepta que va a la cárcel. "¡Ah! Casi se me olvida, éste compañero y amigo es Esclavo, mi mayor compañero" dice la chica extraña, mientras acaricia a su perro, con un tono de pelaje amarillento, que borda alegremente "dice que está encantado de conoceros también y que me hayáis ayudado. Puedo hablar con los animales parece, genial. Igual os ayuda eso. Hahaha. Haha.

                          Haha.

                          Ha.

                          Ha."

                          Sí. Claramente, estaba en un tripi de peyote o algo.

                          AYN
                          Ayn responde a Traki.
                          -No llevo la trenza hecha? Juraría que al levantarme me la hice .
                          Ayn mira con cariño a Traki y le responde otra vez.
                          -Muchas gracias por tus palabras pero prefiero hacerme una trenza , si no termino comiendo mis propios pelos .
                          Ayn ríe mientras se hace la trenza . Para de reír cuando ve al sacerdote con alguien extraño. Observa su tez oscura y sus pelos rizados . Cruzan sus miradas y Ayn ve en el extranjero la mirada de un niño que se cree alguien importante. Le da cierta ternura pero no la suficiente para prestarle más atención . Así que vuelve a mirar a sus compañeros y a escuchar al sacerdote .

                          RONAN
                          Ronan observa a sus personajes en la pantalla como interactúan entre ellos y le parece divertido . María está con Miela y pronto llegarán al cerdo combatiente y Elijah ya está con ellos
                          Bien,bien, piensa para si mismo . En ese momento una luz aparece en la pantalla del pc , Ronan la mira pensando con fastidio que va tener que comprar un componente de repuesto mientras suspira pensando que ojalá tuviera el dinero suficiente para pagarlo sin problemas . Por eso no apaga el ordenador y sigue jugando . Pero la luz no desaparece, al contrario, sigue aumentando hasta que no puede más que cerrar los ojos . En ese momento siente un pitido penetrante y un mareo intenso . Como si lo estuvieran batiendo en una coctelera. Cuando termina el movimiento , oye voces alrededor y extrañado abre poco a poco los ojos . No puede creer lo que ve . Está sentado en una mesa del cerdo combatiente y enfrente tiene a sus componentes incluidos Elijah. Sorprendido se toca las ropas y son de esa época , tiene una jarra delante y puedo tocar todo y sentirlo como si fuera real.
                          Ronan ya sabe lo que ha pasado , está en un isekai , no en sus mejores sueños esperaba algo así. Ahora es un personaje más de uno de sus juegos favoritos. Esto no podía nada más que mejorar .
                          Entusiasmado alza su jarra, en una especie de brindis, y bebe de ella sin saber muy bien el contenido,pero comprueba que no está nada mal .