Kerzak
4. Chrono Trigger - 100%, 43 horas más alguna extra que no me ha contabilizado bien la deck
Otra rejugada más, pero esta un poco particular. Me pasé Chrono Trigger hace bastante, y a pesar de la inmensa fama que tenía como uno de los mejores JRPG de la historia, no acabó de cuajar conmigo. No sé por qué, pero no hizo click y no me gustó demasiado. Llevaba ya un tiempo rumiando la idea de darle otra oportunidad, y al final me decidí hace un par de semanas.
Mis impresiones en esta ocasión son bastante diferentes. Sigo pensando que a día de hoy hay JRPG mejores, pero no puedo negar la calidad que tiene. Me ha gustado muchísimo más, y los personajes, que en una primera partida no me decían nada, han conseguido llegarme al corazoncito, particularmente Frog.
Es un juego en el que es muy sencillo entrar, no tiene ninguna mecánica particularmente complicada, no vas a tener que grindear en ningún momento porque te atasques absolutamente, ni nada similar. Es entender la mecánica del boss, siempre bastante fácil de captar, y listo. Pero en su sencillez radica su fuerza, no presenta ningún tipo de resistencia a abrirlo y jugar un poco. Es todo muy directo. Tanto es así que al final me he decidido incluso a sacar todos los finales. Me alegro de haber superado las sensaciones que me dejó la última vez y de haberle dado otro tiento.
5. Grand Theft Auto IV - Unas 60 horas
Lo había finalizado ya en enero, tras empezarlo en diciembre, pero se me había olvidado completamente. Una vez más, una rejugada. Y creo que es el caso mas flagrante que tengo de lo mucho que puede cambiar la percepción de un juego entre lo que recuerdas y lo que es realmente.
A lo largo de los años, GTA IV ha quedado en el recuerdo colectivo como un juego gris y oscuro. Una trama mucho más seria, sin las tonterías que podías ver en GTA V o en San Andreas. Niko se recuerda como una buena persona, pero que por sus circunstancias se ve obligado a caer en el crimen, cuando solo buscaba vivir una vida honrada en Liberty City.
Para mí, era una dirección alternativa en la que podía haber ido la saga, mucho más seria y madura, pero que no resultó rentable y acabó llevando a lo que fue V, que, en mi caso particular, fue una decepción. Es todo distorsión de la memoria. Falso. Mentira.
En contra de lo que el tono sepia que luce el juego puede llevarnos a creer, la historia es básicamente lo mismo que en el resto de GTAs. Vale, no te cuelas en el área 51, ni tienes un episodio donde alucines porque vas colocadísimo. Pero el resto es igual. No es mucho más serio. Muchas de las misiones son el mismo cachondeíto de siempre, con personajes pasadísimos de rosca.
Niko nunca se ve obligado por sus circunstancias. No es alguien que se resiste a la vida del crimen pero se ve abocada a ella. Desde minuto uno, cuando desembarca, lo hace buscando a otros dos tíos para matarlos y vengarse. En ningún momento busca un trabajo honrado. En tus primeras misiones estás ya propinando palizas a gente. Y la muerte de Vladimir, que desencadena todo el resto de la trama, no es algo que se vez forzado a hacer. Simplemente se entera de que la mujer de su primo le está poniendo los cuernos con él y, en un arrebato de furia, y contra el mejor juicio de su pariente, decide cargárselo.
La sátira que caracteriza a la saga está igual de presente. Y es... ¿siempre ha sido así? La concepción que yo tenía antes de esto era la de que la quinta entrega había hecho todo para tontos. Más directo, más digestible, más carente de profundidad. Pero ahora que he jugado de nuevo esto, del que tenía una idea completamente diferente... creo que la diferencia es, simple y llanamente, que ya no tengo 14 años. No hay un cambio tan bestia entre entregas, lo hay en mi mentalidad y forma de ver el mundo.
Iba con intención de completarlo al 100%, simplemente por lucir platino de un juego del que guardaba muy buen recuerdo. Al final no he jugado ni las expansiones. Jugablemente es sólido, a pesar de las coñas que se hagan con las físicas de conducción. Esas han seguido sin molestarme a día de hoy. Pero la diferencia entre mis expectativas y la realidad han llevado a que al final ni siquiera me he pasado las expansiones.