1. Cyberpunk 2077 / Phantom Liberty
100% - 149 horas
Poco se puede añadir que no se haya dicho ya de este juego. Llego tarde, pero que eso no me impida dar testimonio del viaje que me ha supuesto el juego durante casi 140 horas.
Y es que no puedo definirlo de mejor manera. Viaje. Eso es exactamente lo que ha sido mi total inmersión en Night City.
Divido la experiencia en dos vertientes muy diferenciadas. Todo lo que refiere a la jugabilidad, donde vemos luces y sombras, y todo lo que se refiera a lo audiovisual y narrativo, donde nos encontramos ante un titan que permanecerá en lo más alto durante años.
Empezando por todo lo relacionado con lo jugable, el problema es que nos encontramos continuamente ante un juego que demuestra unos mimbres, unos cimientos, para algo enorme, hasta revolucionario, pero que se conforma con ser algo más pequeño y limitado.
Esos cimientos están formados por un muy buen diseño de niveles, que favorece la variedad de posibilidades a la hora de afrontar las misiones. Todas las maneras son igualmente válidas y satisfactorias. Desde el sigilo más puro, a la acción desenfrenada, a la agilidad extrema...
Todas las posibilidades jugables están contempladas. Y son satisfactorias, porque el juego cumple a todos los niveles. Buen gunplay, sistema de sigilo funcional, sistema de movimiento satisfactorio que permite tanto ser un tanque andante como el más ágil de los ninjas, un divertido sistema de conducción, el sistema de hackeo tiene la profundidad suficiente como para generar muchas posibilidades...
Aparte hay una buena variedad de habilidades desbloqueables que retroalimentan esa variedad jugable.
No es poco decir para un juego tan descomunal en tamaño, y tal cantidad de niveles distintos.
Las sombras llegan cuando compruebas que aunque todo funcione, le acaba faltando profundidad. El gunplay es bueno pero no brillante, el sistema de sigilo funciona pero se basa en una IAs estúpidas, el sistema de hackeo es fácilmente explotable y no está bien balanceado, muchas habilidades se basan únicamente en añadir estadísticas invisibles al personaje...
Aparte nos encontramos carencias notables para lo que se suponía el RPG de la década. No hay sistema alguno de moral, y las consecuencias por nuestros actos son prácticamente nulas, con un sistema policial digno de la saga GTA.
En definitiva a este respecto, una jugabilidad que cumplidora, satisfactoria a todos los niveles, que toca todos los palos necesarios, pero que podría haber sido mucho más.
Donde no podemos encontrar apenas pegas o fallos es en la otra vertiente. La audiovisual y narrativa. Y es que vuelvo a recalcar que nos encontramos frente a todo un TITAN al respecto. Un titan que representa la absoluta vanguardia.
Por que directamente no hay nada a la altura a nivel audiovisual. Simplemente Night City es el mejor, más profundo y mejor diseñado mundo 3D que ha dado esta industria.
Una ciudad fascinante, detallada al más enfermo de los extremos. Un lugar donde podríamos estar simplemente paseando durante meses y seguir encontrando nuevas callejones, nuevas tiendas, detalles.
Una ciudad viva, llena de NPCs que parecen vivos, con miles de modelados distintos, que generan una infinidad de eventos aleatorios que contemplar.
Y no sólo viva, si no plausible y creíble. Alejada del futurismo más esperanzador, y una muestra de lo que bien podría depararnos el futuro de nuestra realidad.
Aderazo con un apartado artístico brillante, que mezcla con enorme acierto ese aspecto californiano, de sol, playa y decadencia, con el purismo visual del lejano Oriente. Toques asiáticos y japoneses por doquier, distritos corporativos pulcros e inpersonales, a escasas manzanas del más deprimente de los suburbios...
Y si está mezcla artística, si está ciudad, fuera poco, hay que sumar que a nivel técnico y gráfico el jeugo está, sin paños calientes, una o dos generaciones por delante de cualquier otro juego.
Tan simple como eso. Modelados increíblemente detallados, texturas de gran calidad por doquier, escenarios densos en elementos y detalles, y la mejor iluminación que existe. Porque aquí el Path Tracing demuestra que es la siguiente gran frontera gráfica que recorrer, la que abre un abismo entre todo juego que se diseñe bajo esta tecnología y todo aquel que no.
Y aunque acabemos con lo visual, queda aún aplaudir lo sonoro. Una BSO inabarcable con temas y estilos para todas las situaciones. Desde el jazz más sosegado, que nos trae recuerdos de Cowboy Bebop, al synthwave más ochentero.
Y para rematar, el que quizás sea el mejor doblaje jamás realizado. Cientos de voces distintas, que mezclan idiomas, jergas, para reflejar ese mundo decadente pero multicutural al extremo.
Abandonamos las, nunca suficientes, loas al apartado audiovisual y aún nos queda entrar en el terreno de lo narrativo, donde las loas deberían ser incluso más vehementes.
Porque nos encontramos ante uno de los guiones mejor escrito de esta industria. No es el culmen de la originalidad, pero eso no impide que esté escrito con mano maestra. Movido por unos personajes tan profundos como ambivalentes.
Y es que no hay total bondad ni maldad en Night City. Una ciudad y mundo que parece estar inmersa en el gris más absoluto. Nada es negro, nada es blanco, todo es gris. El personaje que en una misión nos parece un villano, se descubre como la víctima 10 horas después. Lo mismo pasa al revés.
Johnny Silverhand, Rogue, Clarie, Jackie, Takemura, Judy Álvarez... Hasta él/la propio protagonista, V, todos son villanos por momentos, paladines en otros. Protagonistas de sus propias historias, de sus victorias y sus rotunda derrotas.
Una recreación excelsa de una humanidad rota y derruida, survivalista, en un mundo aún más roto y derruido.
Y si el juego base no fuera suficiente a este respecto, la expansión Phantom Liberty alcanza cotas aún mayores. Un guión más pequeño y concentrado, pero que permite una mayor atención al detalle, que nos entrega a dos de los mejores personajes escritos para esta industria.
Reed y Songbird. Una historia de dualidad, de tener que seguir avanzando y viviendo a pesar de que todas las decisiones son duras, donde hay pérdida hasta en la ganancia, donde no hay finales felices, ni siquiera fáciles, y la catarsis es una aspiración inalcanzable.
Si Cyberpunk 2077 es una experiencia que baila entre lo excelente y lo notable, Phantom Liberty es simple y llanamente una absoluta obra maestra, y de lo mejor que ha dado esta industria en lo que llevamos de siglo.
En definitiva, Cyberpunk apuntaba a las estrellas, y puede que acercarse tanto al Sol derritiese sus alas, haciendo que no vuele tan alto como CD Projeckt pretendía, y como todos esperábamos, pero que nadie se equivoque, es una de las mejores experiencias que puede encontrarse en esta industria.
Un mundo donde perderse durante dos meses que sirve para reafirmar que los videojuegos pueden estar a la altura de cualquier otra disciplina artística, literatura y cine. Solo tiene que atreverse a no limitarse a copiar lo que se puede hacer en otros medios, y empezar a explotar los que solo son posibles en este.
CD Projeckt, a sus pies...